Un empleado de seguridad alemán, de origen árabe, hizo el saludo nazi ante un grupo de atletas israelíes que visitaban el monumento a los deportistas muertos en el atentado en los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972.
Según informaciones del diario "Süddeutsche Zeitung" el caso será asumido por el fiscal Andreas Franck, especializado en los casos de antisemitismo. Al hombre, de 19 años y nacido en Berlín, se le imputa el uso de símbolos de organizaciones enemigas de la constitución lo que, según el código penal alemán, puede ser castigado con penas que van desde una multa hasta tres años de cárcel.
Según la policía otros tres empleados de la empresa de seguridad berlinesa, contratada por la organización de los Juegos Europeos, fueron ajenos a los hechos, que se conocen justo un día después de que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, se negase a condenar el atentado de 1972 y, en lugar de ello, comparase la política israelí con el Holocausto.
En el parque olímpico de Múnich hay varios lugares que recuerdan a los once deportistas asesinados el 5 de septiembre de 1972 por la organización terrorista palestina Septiembre Negro.
En una escultura de Fritz König están, desde 1995, grabados los nombres de las víctimas Mosche Weinberg, Yossef Romano, Zeev Friedman, David Mark Berger, Yakov Springer, Eliezer Halfin, Yossef Gutfreund, Kehat Shorr, Mark Slavin, André Spitzer y Amitzur Schapira en letras hebreas.
El nombre del policía Anton Fligerbauer, que murió en un intento de liberación de los atletas secuestrados, está grabado en letras latinas.
En la Conollystrasse, en lugar donde se alojaba el equipo olímpico israelí, hay solo una placa que recuerda a los muertos de los que sencillamente se dicen que "murieron de muerte violenta", sin señalar responsables.
En los Campeonatos Europeos de atletismo participan 72 atletas israelíes. Tras el oro por equipos de Israel en maratón se oyó, justo 50 años después del atentado, el himno de Israel en Múnich. El aniversario del atentado ha reavivado el debate acerca de una indemnización adecuada por parte de Alemania a los deudos de las víctimas.