Se llama Urapuca, y solo llevaba 5 minutos en el terrerno de juego cuando realizó una brutal entrada sobre un jugador rival. La patada le ha costado la rotura de tibia y peroné al futbolista afectado.

La sanción ha sido ejemplar: el agresor tendrá que pagar la operación al otro jugador y no podrá jugar durante los próximos seis partidos.

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