El Legia Varsovia culminó la sorpresa y con su triunfo ante el Sporting, por 1-0, consiguió hacerse con la tercera plaza del grupo F y meterse en la Liga Europa en detrimento del conjunto lisboeta, que entonó el adiós a la competición continental en la capital polaca.

Al Sporting le bastaba con empatar ante un rival sobre el papel inferior pero que ya había dado la sorpresa al conseguir un punto ante el Real Madrid en casa. En esta ocasión no fue un partido como los anteriores del Legia. No fue una locura de goles.

Un partido cerrado y táctico

Al contrario. Fue un partido más cerrado, más táctico. Y el equipo de Jacek Magiera supo rentabilizar el tanto del brasileño Gilherme a la media hora de partido, porque luego aguantó muy bien pertrechado atrás.

Aunque salió mejor el conjunto de Jorge Jesus y protagonizó varias llegadas, Aleksandar Prijovic dio la razón a su técnico, que le alineó de salida y dejó en el banquillo a Nemanja Nikolic, porque tras dar un aviso le dio el balón del gol a Guilherme.

El equipo de Jorge Jesus no tenía más remedio que reaccionar y lanzarse con más determinación y menos precauciones hacia la portería del conjunto polaco. El técnico movió peones en busca de frescura y más mordiente, y con al primero que metió en el campo fue al costarricense Bryan Ruiz.

Tuvo un ramillete de ocasiones ante un Legia cada vez más encerrado que contó además con la magnífica actuación de Arkadiusz Malarz, que abortó con sus paradas las intentonas de un Sporting cada vez más desesperado que además jugó los últimos compases en inferioridad por la expulsión de William Carvalho.