Dos kitesurfistas desafiaron al mar embrabecido en la playa de la Barceloneta, con vientos que alcanzaron los 90 kilómetros por hora. A pesar de la alerta roja por la borrasca Gloria, los dos jóvenes llevaron a cabo este peligroso desafío.

"No he tomado ningún riesgo fuera de mis límites. Cuando me dicen que soy imprudente no me parece para nada que fuera así. No le veo nada de irresponsable. Somos bastante profesionales, sentíamos adrenalina y diversión", explica Jerome Cloetens, uno de los dos protagonistas, a Jugones.