España es el destino preferido de las europeas para someterse a un tratamiento de fertilidad. El 40% de este tipo de prácticas en toda Europa se realiza en nuestro país. Una ley de reproducción asistida flexible y el nivel de nuestros profesionales hacen que muchas mujeres decidan viajar a nuestro país.  Lo más demandado, la ovodonación. El precio es asequible entre los 600 y los 8000 euros.

A sus 28 años, Justine ha viajado hasta España para someterse a un tratamiento de fertilidad: "De momento no quiere ser madre, pero es una opción que no descarta en el futuro. Ahora mismo no puedo entonces, por eso, he querido congelar mis óvulos".

El tratamiento de fertilidad en su país está prohibido. Ella, es una de las miles de extranjeras que cruza la frontera para acudir a una clínica de reproducción española. "Por los médicos, por la reputación que tiene y también el precio es un poco más bajo", explica la joven.

España es referente europeo en reproducción asistida

"En España pueden someterse a tratamientos que, en su país, no. Fundamentalmente esa es la principal razón. La segunda es porque aquí, la medicina reproductiva es de altísima calidad", comenta José Luis Gómez Palomares, ginecólogo de la Asociación Española de Fertilidad.

Para entenderlo es necesario comparar nuestra legislación con la de nuestros vecinos europeos. En Alemania o Austria la donación de óvulos está prohibida. En Francia si está permitida pero no hay compensación económica, así que hay pocos donantes y listas de espera interminables.

Situación parecida en Italia que hace tan solo un año cambió una restrictiva ley para permitirlo. En Reino Unido no se preserva el anonimato del donante, algo que no gusta a muchos pacientes. En España la ley es más permisiva. "Nos permite hacer muchos tratamientos con óvulos y semen donado, tratamiento en mujeres solteras, en mujeres del mismo sexo", cuenta Ruth Gómez de Segura, directora Médica de ProcreaTec.

Aunque desde el sector no quieren hablar de turismo reproductivo lo cierto es que hay clínicas, como ésta de Madrid, en la que la mitad de sus pacientes ya son extranjeros. "Tenemos a muchas pacientes que quieren hacer un tratamiento que se puede en España con ciertas garantías y las pacientes aprovechan que vienen aquí para visitar Madrid y otras ciudades españolas, para hacérselo" sigue comentando Ruth Gómez.