A Jordi le diagnosticaron un linfoma hace 4 años. Debía iniciar la radioterapia en seguida, pero corría el riesgo de quedar estéril. “Vi que es muy fácil, sacar una muestra, congelarla y guardarla”, explica Jordi Barbany.

Su hematólogo le recomendó hacer una autodonación para preservar su esperma. Dos años después nacieron María y Júlia, gracias a la fecundación in vitro, con el esperma conservado de Jordi. “Parece algo mágico, e incluso extraño”, asegura.

Un 80% de los casos de cáncer se curan, por eso cada vez son más los médicos que aconsejan a los pacientes, preservar su esperma o la corteza ovárica en el caso de las mujeres. Justo Callejo, coordinador Programa Prevención Fertilidad ASEF: “Alrededor del 25% de las mujeres curadas de cáncer no han satisfecho su proceso de engendración.”

“Cogemos la muestra, la congelamos y la cuidamos para garantizar que de forma ilimitada los pacientes puedan disponer de sus muestras” asegura Esteve Trias, director Banc de Teixits. El Servei Català de la Salut asume los costes de almacenaje, custodia y trazabilidad de las muestras, y ofrece una esperanza a todos aquellos que puedan quedar estériles por culpa del cáncer.