Ha dicho hoy Adriana Lastra, la portavoz socialista, que sigue pensando de Cs lo mismo que pensaba el 7 de enero. Ese día le dijo a Inés Arrimadas que "en la política hay algo peor que estar en la oposición y es estar en la irrelevancia".

Ese día Pedro Sánchez fue elegido Presidente del Gobierno y los diputados de Cs votaron en contra. Hoy, 4 meses después, esos 10 mismos diputados han contribuido a salvar la prórroga del estado de alarma. Lo han hecho después de negociar con el Gobierno y arrancar algunos compromisos como por ejemplo, que las ayudas sociales y los ERTES sigan vigentes aunque no haya estado de alarma. Aún así, Arrimadas ha invertido gran parte de su tiempo en justificar su posición, recalcando que sigue en contra del Gobierno de coalición pero que hoy tocaba pensar en "salvar vidas". Por uno u otro motivo, el caso es que hoy Cs ha sido relevante. Lo fue también a principios de abril, cuando negoció con el Gobierno varios decretos económicos para hacer frente a la crisis del coronavirus. Entonces arrancó a Sánchez varios compromisos para los autónomos.

Arrimadas ha salido al rescate de un Gobierno que ha visto cómo hoy ERC, quien sí facilitó la investidura del Gobierno de coalición, le ha dejado tirado votando 'no'.

Pedro Sánchez ha materializado hoy en el Congreso lo que siempre deseó: la geometría variable. Un término que se resume en lo siguiente: el día que pueda pactará con ERC y el día que lo necesite, lo hará con Cs. Juegos y equilibrios de mayorías para ir salvando las votaciones de la legislatura.

Hoy ERC no ha estado del lado del PSOE y Unidas Podemos, pero también Adriana Lastra ha tenido un mensaje para Gabriel Rufián. Le ha dicho al portavoz republicano que "el futuro de este país pasa porque la izquierda de este hemiciclo se entienda".

Es decir, el PSOE no renuncia a futuros pactos con ERC pero hoy ha quedado claro que buscará otros aliados si el partido independentista catalán se enreda demasiado en su pelea electoral con Junts per Catalunya.

La alianza del Gobierno con CS no ha dejado indiferente a casi nadie. ERC y BILDU han avisado a Sánchez de que si toma el camino que le propone el partido naranja, ellos no transitarán por él y no ayudarán a la estabilidad política.

Pero también ERC ha recibido críticas por su voto en contra a la prórroga. Los reproches han llegado nada más y nada menos que desde Unidas Podemos. Jaume Asens, el hombre de Ada Colau en Madrid, le ha afeado a Gabriel Rufián su posición, acusándole de dejarse arrastrar por Quim Torra en vez de escuchar al líder de ERC, Joan Tardá. El comentario no ha gustado nada a Rufián y le ha pedido que no recurra a ese tipo de trampas. Gabriel Rufián ha intentado estos días que su partido negociara una abstención ante la prórroga, pero el ala más dura de su formación no le ha dejado margen para el diálogo.

Y luego está el PNV, socio prioritario del Gobierno y esencial una vez más en la votación. Ha conseguido arrancar a Sánchez el compromiso de que las comunidades autónomas tendrán poder de decisión y de gestión en el plan de la desescalada. Pero también ha hecho una advertencia: que el Gobierno vaya pensando en otro plan para dentro de 15 días porque no vale mantener de manera permanente el Estado de alarma.

Pablo Casado finalmente se ha abstenido lanzando también otro aviso: su próximo voto será 'no' si Sánchez no prepara un plan B.

Hoy se ha salvado una nueva prórroga de 15 días más pero no está asegurado que Sánchez pueda salvar otra aunque quiera.

Las negociaciones para conseguir los 178 síes de hoy no han sido fáciles y puede que dentro de 15 días Cs vuelva a elegir la irrelevancia y no salve al Gobierno. Quizás entonces quien haga flotar al Gobierno sea ERC. O el Partido Popular. En esta legislatura nada está escrito. NO guarden la calculadora muy lejos.