Si hay un mal común que vamos a sufrir todos, y que algunos seguro que han empezado a sufrir ya, ese es el conocido como síndrome postvacacional. Y es que parece que después de las vacaciones necesitamos otras vacaciones para poder recuperarnos del “descanso” que, muchas veces, ha supuesto más actividad que relajarnos en sí.

La vuelta a la rutina, retomar nuestras obligaciones que están esperándonos como las dejamos cuando nos fuimos, pensar que hasta el año que viene no volveremos a disfrutar con tanta libertad del verano… son pensamientos que a casi todos nos vienen en la mente. Pero este síndrome no solo se hace notar en nuestro estado de ánimo, también en nuestro cuerpo, y el estómago no es ajeno a ello.

Mucho o poco, nos hemos pasado comiendo y bebiendo. No hace falta que sea en cantidad (que también), la calidad de lo que hemos comido puede que haya dejado que desear y eso se nota en nuestra salud digestiva. Tanto a nivel de flora intestinal como en molestias del estómago.

No por nada septiembre es el mes donde más matrículas se abren en los gimnasios. Ni después de Navidad ni en la conocida como “operación bikini”. El mes que tiene que llegar es donde más pretendemos paliar los efectos del verano y, como hemos dicho, no todo es cuestión de kilocalorías y báscula. Aunque según estudios respecto a este tema, podemos llegar a engordar entre uno y dos kilos por cada semana de vacaciones que hemos disfrutado.

El estómago después de vacaciones

Los excesos y las comilonas tienen consecuencias y las conocemos: gases, hinchazón abdominal, gastritis, estreñimiento, diarreas… A parte de poder poner un tinte gris oscuro a algún día de vacaciones, esta alteración de nuestro aparato digestivo continua más allá de nuestros días de descanso y es normal que tiempo después podamos seguir con molestias.

Es frecuente que suframos digestiones pesadas, tanto por lo que arrastramos de estos días, como la vuelta a la rutina donde seguramente hay más presencia de alimentos integrales, legumbres, verduras y fruta que durante las vacaciones. Estos cambios bruscos de dieta se hacen notar en el estómago y es motivo de consulta muy frecuente cuando vamos al médico o al dietista-nutricionista.

¿Hay alimentos que puedan ayudarnos con este síndrome postvacacional del estómago? Coge papel y boli y apunta estos alimentos para cuando vayas a la compra para llenar la nevera y la despensa después de las vacaciones:

1. Kiwis

Además de ser ricos en vitamina C, minerales y fibra, así como su archiconocido efecto de ayudar a regular el tránsito intestinal, esta fruta contiene un compuesto denominado actidina, una enzima proteasa que ayuda a la digestión de las proteínas.

Por este motivo puede ser una ayuda para prevenir digestiones pesadas, gastritis o exceso de gases después de comer, además de venir cargado de vitaminas como la C, la E o la K.

2. Papaya

Una gran conocida como aliada de las digestiones gracias a la papaína, una enzima que también ayuda a la digestión de las proteínas y que, además, es un gran antioxidante, por lo que doble beneficio y motivo para probarla si aún no lo has hecho.

Además, tiene un efecto leve antiinflamatorio y analgésico, aunque, recordemos que es un alimento, no un medicamento, por lo que los efectos son relativos y, seguramente, casi ni los notaremos.

3. Aguacate

No solo por su fibra, su aporte de ácido oleico o la gran cantidad de vitaminas, minerales y antioxidantes que aporta. El aguacate también es una fruta perfecta para ayudar a la digestión ya que es baja en grasa y azúcares, pero contiene dos enzimas en su composición.

Por un lado, contiene lipasa, una enzima que se encarga de romper y digerir las grasas y que el cuerpo humano también la sintetiza. Y por otro, también contiene otras enzimas como la polifenol oxidasa, que podría tener algún papel en mejorar nuestra digestión.

4. Piña

Diurética, refrescante, dulce y con una gran cantidad de fibra. Es la gran aliada en dietas de adelgazamiento, pero, más allá de eso, contiene bromelina, una enzima que digiere las proteínas y que también nos va a aliviar de digestiones pesadas.

Por otro lado, gracias a su efecto diurético, es una gran aliada para evitar la retención de líquidos y la sensación de pesadez de estómago después de comer, aliviando la acumulación de gases.

5. Mango

Dulce, carnosa, rica en betacarotenos, vitamina A y otras tantas vitaminas y minerales, también es una gran aliada del estómago gracias a su aporte de amilasas, una de las enzimas encargadas de la digestión de los hidratos de carbono.

También es rico en fibra soluble y agua, por lo que ayuda a mantener un tránsito intestinal adecuado y a evitar la acumulación de gases, evitando que nos genere molestias durante el día.