Mercedes Cebrián

Editorial: Siruela

Año de publicación original: 2025

Estoy segura de que si hurgamos en nuestra memoria todos compartimos recuerdos como la apertura de puertas el primer día de rebajas de un centro comercial, la llegada de los folletos de juguetes al buzón de casa por Navidad o esa tienda a la que llamaban a nuestros abuelos o abuelas por su nombre.

Alrededor de estos recuerdos comunes gira Estimada clientela de Mercedes Cebrián, un recorrido histórico por el nacimiento de la sociedad de consumo y de cómo las tiendas y los grandes almacenes han configurado nuestra forma de vivir y relacionarnos.

Lo que compramos

Escribe Mercedes Cebrián que "comprar es pertenecer al mundo de los vivos", y es que desear es el primer impulso para querer adquirir un bien.Las compras no son meras transacciones económicas, son el espejo de lo que somos y un glosario de la clase social a la que pertenecemos.

Las compras no son meras transacciones económicas, son el espejo de lo que somos y un glosario de la clase social a la que pertenecemos

A lo largo de la historia, los comercios y mercados respondían a la época y lugar donde estaban asentados. Por eso, París, Nueva York o Londres han sido tan distintas, porque las cosas que la gente deseaba eran el indicador de la cultura en la que se hallaban... hasta ahora.

Desde que Internet llegó a nuestras vidas se ha producido una homogenización del deseo y todo ápice de singularidad y personalidad va desapareciendo poco a poco. "Estamos presenciando el fin de los establecimientos familiares", escribe Cebrián, y aunque no queremos que nadie se sienta obligado a cargar con la herencia de un comercio, la diversidad que aportaban este tipo de negocios a las ciudades se está viendo borrada por la capacidad que han tenido los grandes grupos empresariales de reconfigurar nuestros hábitos de consumo.

Donde compramos

Las hay de diseño, las hay extremadamente pequeñas, las hay que están todas conglomeradas en galerías o las hay que son la tienda de las tiendas: los grandes almacenes. Sean como sean, no podemos negar que forman parte de la arquitectura de una ciudad. En Navidad se adornan de una manera barroca y el resto del año compiten entre ellas por llamar la atención de los viandantes con escaparatismos increíbles porque, si algo tienen claro los comerciantes, es que el cliente sacará la billetera en función de cómo se muestren al mundo.

Mercedes Cebrián nos lleva con Estimada clientela por diferentes comercios a lo largo de distintas épocas y ciudades para analizar cómo las tiendas, además de una función económica, cumplen una función social. Sentirnos parte de un lugar puede hacerse comprando en según qué sitios, postularse políticamente puede hacerse comprando en según qué sitios y querer que los lugares donde vivimos conserven este material histórico puede lograrse comprando en según qué sitios.

Mercedes Cebrián analiza cómo las tiendas, además de una función económica, cumplen una función social

Caminar por la Gran Vía hace 50 años era una experiencia muy diferente de cómo lo es hacerlo hoy en día, y negar que esto se debe a las tiendas que alberga sería como negar la existencia del sol.

Ir de compras puede parecer un concepto algo esnob, pero es algo inevitable porque todo el mundo necesita vestirse. Si algo demuestra Estimada clientela es que somos ciudadanos, pero también consumidores, y que cada vez que salimos a la calle y decidimos comprar estamos reconfigurando el legado arquitectónico e histórico de los lugares que habitamos.

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