Raúl Quinto

Editorial: Jekyll & Jill

Año de publicación original: 2025

Si existiera un camino corto, sencillo y directo al éxito literario, Raúl Quinto lo recorrería de rodillas y con las manos atadas a la espalda con una cuerda de sisal. Porque el autor cartagenero es un tipo al que le gusta complicarse la vida. No contento con escribir poesía (todos sabemos que hay más poetas que lectores de poesía), decidió dar el paso a la narrativa con libros híbridos. ¡Híbridos!

Los libros híbridos no son novelas ni ensayos ni relatos ni biografías ni poemarios, pero en ellos caben la novela, el ensayo, los relatos, la biografía e incluso los poemas. Lo que sea. Híbrido. Dos buenos ejemplos son La canción de NOF4 y Martinete del rey sombra —dos obras fascinantes, si me preguntan—. El segundo, sobre el intento de exterminio del pueblo gitano en la España de Fernando VI, le valió a Quinto el Premio Nacional de Narrativa en 2024.

Tras ganar el Premio Nacional de Narrativa, Raúl Quinto publica su novela más extraña y experimental

Ahora, en el mejor momento de su carrera, ha decidido publicar la que es probablemente su obra más extraña y experimental y, por lo tanto, la menos comercial. Algo que solo puede permitirse un escritor en estado de gracia (con el apoyo y la confianza, claro, de un editor capaz de hacer oídos sordos a las exigencias del mercado editorial).

La ballena azul

En La ballena azul no hay una trama. Es una sucesión de fragmentos: algunos ocupan varias páginas, otros un puñado de líneas o unas pocas palabras. Todos están unidos por escenas espeluznantes y por una voz autoritaria y omnipresente que se dirige directamente a nosotros. "Te leo. Hoy es el primer día de tu vida. Te vas a convertir en una ballena azul. Terrible, gigante. Hermosa. Hoy empieza el juego", nos dice.

Y entonces comienzan las órdenes: pasa una noche viendo vídeos de terror psicodélicos, toma una cuchilla de afeitar y córtate los brazos, pincha tu mano con un alfiler muchas veces... y así hasta 50 pruebas, cada una más turbadora que la anterior. Funciona como un decálogo para desconectarse de la realidad. Exactamente igual que el macabro juego que se viralizó en 2017 entre adolescentes de todo el mundo y que acabó con el suicidio de algunos de ellos. Uno de sus creadores, un joven ruso de 22 años, fue condenado a tres años de cárcel. Aseguró que su objetivo era "limpiar la sociedad".

'La ballena azul' se basa en el macabro juego viral que indujo al suicido a adolescentes de todo el mundo

Raúl Quinto se inspira en el inquietante reto de la ballena azul para taladrarnos la mente con horrores cotidianos. Cada prueba es un capítulo y una excusa para iluminar los rincones más tenebrosos del ser humano. Siempre con un toque de lirismo y un ritmo frenético, el autor traza "una exhibición de atrocidades", como señala Mariana Enriquez en la contracubierta, en la que se mezclan mitos y leyendas urbanas que en algún momento parecieron reales, e historias reales que ojalá se hubieran quedado en leyendas.

Estas últimas son las más escalofriantes. A lo largo de 200 páginas se recuerdan casos como la matanza de la isla de Utoya perpetrada por Anders Breivik, la siniestra historia de Adolfo Constanzo —el narcotraficante que castigaba a sus enemigos con rituales de brujería— o la de Josef Fritzl, el hombre que encerró a su hija en el sótano de su casa, la violó y tuvo siete hijos con ella durante los 24 años que duró el cautiverio.

Los límites de la verdad

Y con todo, lo más terrorífico de La ballena azul es la idea que desliza Raúl Quinto sobre cómo los foros de internet y las redes sociales, que antes abrían la puerta a monstruos que se quedaban en el umbral de la ficción, ahora se han convertido en una máquina capaz de transformar cualquier mentira en verdad. Basta con repetirla y difundirla para que se asiente y afecte a la realidad. A esto se le llama hiperstición.

Raúl Quinto nos arrastra a una frontera oscura en un impactante viaje por la violencia, el terror y la locura

Un ejemplo: el 'pizzagate'. Decía la leyenda que en los sótanos de un restaurante estadounidense se escondía una secta satánica que violaba y asesinaba niños. Era una teoría de la conspiración. Pero Edgar Maddison Welch, de 28 años —como otras tantas millones de personas— se lo creyó. Así que viajó a Carolina del Norte, se presentó en el local con un rifle de asalto y una pistola, y abrió fuego. Una noticia falsa se convirtió en violencia real.

"Todo es mentira y todo puede ser verdad", leemos. "La ficción siempre es real. O se hace real a sí misma". Y en esas nos encontramos. Instalados en una zona gris, en un espacio maleable en el que los hechos no valen nada. Hasta los límites de esa frontera oscura nos arrastra el autor en un impactante viaje por la violencia, el terror y la locura. Y cuando se termina, uno solo puede desear que Raúl Quinto siga enredándose y complicándose la vida.

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