Editorial: Roca Editorial
Año de publicación original: 2025
Nunca tuvimos una mayor capacidad para atravesar fronteras, idiomas y culturas, de pasearnos por lugares remotos sin salir de casa y de acceder a toda la información del planeta desde la palma de una mano. Sin embargo, seguimos siendo infelices, frágiles, con dificultades para conectar fuera de un entorno digital y, lo que es peor a largo plazo, nuestros cerebros se han acostumbrado a las descargas intermitentes de dopamina que las pantallas proponen.
Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? En Así se somete a una sociedad, la exdirectora de la Agencia Española de Protección de Datos, Mar España, investiga las causas y procesos por los que nos hemos convertido en esclavos digitales. Una labor que acompaña de ejemplos y ejercicios prácticos con los que romper con nuestros peores vicios tecnológicos.
Porno y el negocio de datos
España ya es el duodécimo país del mundo en acceso temprano a la pornografía, y los niños la consumen por primera vez entre los nueve y los once años. La autora denuncia el impacto que este tipo de contenido tiene en "cerebros elásticos como los de los niños", en edades especialmente sensibles. Un compromiso que debe extenderse a padres y educadores pero que lucha directamente con estrategias de captación y adicción que utilizan este tipo de páginas web.
Mar España investiga las causas y procesos por los que nos hemos convertido en esclavos digitales
Pero el porno es solo la punta del iceberg. Mar España denuncia en su libro la mala praxis comercial de aquellas empresas que reclaman nuestra atención y nuestra salud hacia sus servicios. La rueda de la dopamina determina la cantidad de veces que utilizamos nuestros teléfonos, pero también los datos que generamos. La información que vamos dejando en internet habla sobre nuestros gustos y deseos, son parte de una intimidad que se vulnera para mercadear con ella.
Desde las páginas de Así se somete a una sociedad reclama un pacto social férreo, capaz de hacer frente a muchos de estos problemas. Pero también ofrece soluciones que pueden surgir directamente de los usuarios para establecer un consumo más equilibrado de las tecnologías.
¿Somos más felices?
La respuesta de Mar España es tajante: "No somos más felices que antes". Sin ponerle trabas a la tecnología, la autora está convencida de que nuestra relación con la misma debe cambiar. El tiempo de uso y la capacidad de desconexión son vitales, no solo para evitar problemas agravados, también para mejorar nuestra capacidad de sueño, nuestras relaciones familiares y de amistad y, en definitiva, mejorar nuestra salud mental.
Sin ponerle trabas a la tecnología, la autora está convencida de que nuestra relación con la misma debe cambiar
A lo largo de Así se somete a una sociedad se nos proponen ejercicios sencillos basados en un tríptico fundamental: salud, tiempo y conexión auténtica. Su autora denuncia la perdida de otros estímulos sensoriales en pos de la vista, sometida a una atención constante por parte del omnipresente audiovisual.
La solución radica en centrar nuestros esfuerzos a la hora de conectar con otros en estar más presentes y hacer más humana, una tecnología capaz de someternos y transformarnos.
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