Hace un año, los inmigrantes sin papeles fueron excluídos de parte de la Sanidad. Hasta un total de 873.000 se quedaron sin derecho a la asistencia sanitaria gratuíta, mal llamada gratuíta, ya que es una asistencia que todo ciudadano paga a través de los impuestos.

Los inmigrantes sin papeles son las principales víctimas de la reforma sanitaria del Gobierno. Un extranjero que está residiendo en España sin papeles sólo podrá ser atendido si acude a urgencias, si es menor de edad o si se trata de una mujer embarazada.

La ministra de Sanidad, Ana Mato, propone a estos inmigrantes sin papeles una especie de póliza de entre 60 y 160 euros al mes para disponer de la Sanidad como el resto de ciudadanos residentes, lo que pone la pregunta de si se hace negocio con la salud de los inmigrantes sin papeles.