Noa, un entrañable dinosaurio, es un robot social. Antes de someterse a una operación, los más pequeños no se despegan de él, atentos a cada nueva petición de su nuevo amigo.

"Es capaz de atender trucos, emite sonidos, cuando está enfadado gruñe, si no le haces caso te llama con un sonido como si estuviera gritando. Es capaz de reírse, hay que darle de comer y le gusta que juegues con él", ha afirmado Miguel García, Coordinador de Investigación en Enfermería HSJD.

Mientras lo abrazan y lo cuidan, se olvidan del quirófano.

"Cuándo han estado en contacto con el dinosaurio, se van y se van relajados", ha confirmado Brigitte Pérez , Voluntaria de asistencia con robots sociales. Unas palabras que sostiene Víctor García, paciente y usuario de robots sociales: "Es como tener a un animal cerca, y los animales te relajan".

También los padres se muestran satisfechos con la iniciativa. "Me parece una actividad lúdica bastante relajante para los niños porque les hace más amena la espera, son muchas horas a veces de esperar antes de entrar en quirófano", ha afirmado Juan Antonio García, padre de Víctor.

Estos robots son elementos distractivos que gestionan el estrés y la ansiedad. Noa es uno de los diez dinosaurios con los que cuenta el hospital Sant Joan de Deu para dar asistencia a más de 300 niños al año.

"Es muy importante porque a la hora de los nervios va bien para relajarse", ha manifestado Siham Bounou, hermana mayor de una paciente.

El Sant Joan de Déu es el único hospital en España que los utiliza con éxito tanto de oncología infantil como en la sala pre-quirúrgica, con muy buenos resultados. No hay más que verles la cara.