Dos días después de que Pelucha desapareciera, sus dueños la encontraron calcinada, había sido brutalmente asesinada y tenía las costillas rotas. Denunciaron los hechos y agentes del Seprona se trasladaron hasta el lugar en el que estaba el cuerpo. Una vez allí, corroboraron las lesiones del animal, aunque debido a que no existe ningún sospechoso, el caso podría cerrarse.

Para evitar que esto ocurra, una iniciativa en change.org pide que se investigue el asesinato de la perra para dar finalmente con el autor del asesinato y más de 80.000 personas han respaldado la petición.

La vida de Pelucha fue dura. En 2014, un cazador se deshizo de ella, pero dos personas decidieron adoptarla. Al principio rechazaba cualquier tipo de contacto, pero con el paso del tiempo recuperó la confianza y llegó a ser una perra feliz. Ahora, sus dueños quieren que se haga justicia.