Lídia Amella, promotora de la petición, explica que "el 75%
de las personas que consultan este tipo de páginas son menores de edad y el 80%
son chicas". Dice que "encuentran en esas páginas todo tipo de consejos y
apoyos para perder peso hasta niveles que afectan gravemente su salud e incluso
ponen en riesgo sus vidas".
Dice que "el pasado año se presentó una enmienda para
tipificar estas plataformas como delito y actuar en consecuencia": "El próximo
Gobierno puede sin duda hacer un esfuerzo mayor para cerrarlas o bloquear sus
contenidos, pero por lo visto no tienen la suficiente información-formación
sobre la gravedad de la situación y desestimaron la petición".
Además, Marga Serra, especialista en trastornos del
comportamiento alimentario, afirma que las
redes sociales hacen apología de la anorexia y la bulimia incitando a la
delgadez extrema. Hacer apología de trastornos alimentarios como la anorexia o
la bulimia a través de internet no es delito y Serra ha denunciado que hay
miles de webs que los promueven no como enfermedades mentales, sino como un
estilo de vida a seguir.
También lamenta que no
haya regulación de estos contenidos, "que ya no se limitan a webs, que son
más fáciles de monitorizar, y han llegado a otras redes más volátiles e
incontrolables como Snapchat, Twitter, Facebook, Pinterest e Instagram,
"red de moda entre los que promueven los desórdenes alimentarios".
Según dice, más de 4,5
millones de fotos colgadas en esta red llevan la etiqueta #anorexia y otras
como #A4Paperchalleger, #iphone6challenge o #collarbonechallenge "son el
último grito en las redes y proponen retos que fomentan la extrema delgadez
como estereotipo a seguir".