Vanessa Snary, de 29 años, no pensó jamás que una visita rutinaria al dentista la llevaría al hospital. La joven se sentó en la silla y fue anestesiada, pero en un descuido de la dentista, una pieza de unos 3 centímetros se coló por su garganta.

Inmediatamente la joven notó que empezaba a ahogarse. La doctora llamó a sus compañeros y decidieron llevarla ellos mismos al hospital. Los rayos X revelaron que la aguja había dañado sus cuerdas vocales y provocado heridas en el estómago de la paciente.

Le suministraron numerosos calmantes y al día siguiente se sometió a un intervención para extraer la herramienta.

Ahora, la joven perjudicada acusa a la dentista de no haberle ofrecido un protector bucal y asegura que ha perdido su trabajo como consecuencia de la baja laboral.