A Évole no se le escapó ningún palo en 'El machismo mata' -así se llamaba su programa-. Psicólogos, periodistas, maltratadas y maltratadores abordando el tema a porta gayola; sin filtros. Es necesario hacerlo para superar uno de los dramas que todavía hoy lastran el concepto de sociedad avanzada: nunca podremos adherirnos a esa idea mientras no seamos capaces de superar los estigmas heredados de siglos de patriarcado.

"Cuando le dejé, me dijo 'aunque sea lo último que haga en mi vida, te mato'"

Poniéndonos en la piel del hombre, la psicología nos deja claro el mal a erradicar. "Nosotros somos muy analfabetos emocionalmente hablando", apuntaba el psicólogo Jorge Freudenthal en Salvados. Incluso iba más allá: "Los maltratadores no están enfermos; es una ideología, una forma de pensar". Si este es el análisis de expertos en la psique humana, queda claro que estamos ante un problema de base, arraigado en la mente del hombre en función de la educación recibida o del espectro familiar-social en el que han crecido.

"La machacaba. Y se me daba bien, la verdad", relataba ante las cámaras de Salvados un condenado por maltratar a su pareja. Es el pensamiento de un hombre consciente de lo que hizo, del dolor físico y mental al que sometía a su novia y de que sólo le queda pasar por terapia para arreglar lo que está roto en su cabeza. Hablaba claro pero prefería no dar la cara; al menos era consciente de la cada vez mayor reprobación social hacia este tipo de actitutes machistas.

"Me gustaría que me trataran como un enfermo emocional en vías de recuperación". Es una frase literal del mismo hombre que admitía, sin filtros, que "se le daba bien machacar a su pareja". Se reconocía "enfermo" tras pararse a pensar en las palizas -físicas y mentales- que había infringido a su novia. Resultó ser su forma de justificar que todavía hoy continuara "cometiendo errores" con sus parejas.

Pero es el testimonio de esas parejas -el de las víctimas-, el que eriza la piel. Las palabras de Marina Marroquí dieron voz a las miles de mujeres maltratadas en España. No hubo paños calientes; ni se dejó nada en el tintero. Normal que Jordi Évole recuerde su charla con Marina como una de las entrevistas que más le ha marcado en Salvados. Ahora, Marina organiza y lidera talleres contra la violencia machista por toda España y dirigidos a adolescentes.

"A la mujer maltratada hay que verla como una superviviente". Así se ve Marina. Al menos es así como pedía que se valorara a la mujer víctima de malos tratos. Ella aguantó años bajo el yugo de su pareja hasta que abrió los ojos definitivamente, explotó y decidió romper con el hombre que había lastrado su vida: "Cuando le dejé, me dijo 'aunque sea lo último que haga en mi vida, te mato'". Es el miedo al que se exponía por dejar atrás una vida de dolor, pero poco le importaba. Quería salir del laberinto en el que se había enredado y, si su caso servía para alentar a otras mujeres, su éxito sería doble (y eterno).