En una entrevista Tina Recio, una mujer transexual reconocida, ha explicado que su iniciativa es pionera en España. Pretende suplir la carencia de información y pedagogía, ni durante el proceso ni después, que tienen las mujeres transexuales que se someten a una reconstrucción genital. Según Recio, "son un 90% las mujeres transexuales que independientemente del momento en que se encuentren en la transición de género, desean terminar el recorrido con una vaginoplastia".

El proyecto, "enseña los cuidados que necesita la vagina transexual y que muchas veces se pasa por alto entre las personas que se operan, además de ser un espacio donde compartir las vivencias y preocupaciones de las chicas", detalla Recio. "El año pasado se puso en contacto conmigo una chica intersexual que había sido operada en España y que sufrió una mala praxis médica", recuerda la impulsora de estos talleres, que explica que uno de los países donde es más común hacer más vaginoplastias es Tailandia, donde ella se operó hace cuatro años.

Aunque la experta muestra una preocupación sobre estas malas praxis, reconoce que "nunca será lo mismo un cirujano que opere a seis u ocho personas al año, como es el caso de España, que un cirujano que opere a cerca de 500 personas al año". La activista confiesa que "lo más complicado es llegar a las chicas que, tras operarse, por su apariencia física son irreconocibles como mujeres transexuales". Muchas de ellas, según Recio, ocultan que han sido operadas, incluso a su pareja.

Cuando estas chicas tienen problemas a nivel fisiológico se enfrentan a muchas dificultades, ya que "la vagina transexual no está reconocida como un órgano de pleno derecho y, por lo tanto, muchos ginecólogos no la reconocen como normal y, en la mayoría de casos, no han tratado nunca con los genitales de las mujeres transexuales", según Recio. "Seria impensable imaginar que los médicos no reconocieran un órgano trasplantado como un órgano real", lamenta la transexual, que solo pide "una asistencia digna a la seguridad social y a la sanidad".

Aunque la OMS todavía considera la transexualidad como una enfermedad mental, el sistema sanitario catalán reconoció hace apenas unas semanas que ya no será tratada como una patología, por lo que las personas que quieran iniciar una transición de género ya no tendrán que acreditar en Cataluña que padecen un trastorno psiquiátrico, denominado 'disforia de género'. Recio afirma que su objetivo principal en estos momentos es consolidar el proyecto I-Vaginarium y conseguir llegar a estas chicas que padecen la poca información relativa al cambio de género.