Tras el 20D, a Sánchez le invitaban a soñar sus pretorianos. Pero si llegó a subirse en esa nube, Susana Díaz no tardó en bajarle: "Los socialistas andaluces vamos a seguir defendiendo la igualdad de todos los ciudadanos en España y la unidad"

La baronesa, que salvó la cara del PSOE, no deja resquicios para pactar con nacionalistas y muchos menos con Podemos y su fórmula plurinacional. No habla un poder cualquiera. El color rojo resiste agazapado en el suroeste, el PSOE sólo gana en seis provincias, cinco de ellas andaluzas, a la que se suma Badajoz. El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara piensa como Díaz: "El PSOE no puede pactar con nadie que defienda la autodeterminación".

Los barones no quieren medrar, piden asumir que toca hacer oposición. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha declarado que no van a "buscar pactos complejos ni pastiches" y que "le toca mover ficha a Rajoy".

Otra cosa es abstenerse para dejar que gobierne. El presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, ha sostenido que nunca "dará el apoyo a un Gobierno del PP".

No se puede hacer mucho más porque el PSOE pulveriza su suelo. Sánchez empeora los resultados de Rubalcaba y ocupará 20 escaños menos. Con todo pierde menos votantes de los que auguraban las encuestas.

Sánchez ha hablado de haber "hecho historia". Hay resaca a pesar de que el champán quedó anoche sin descorchar, resaca y Ejecutiva. Mientras, el líder del PSOE se sitúa en la oposición. Sánchez ha anunciado que renovará su candidatura para seguir liderando el partido.