La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, ha defendido hoy el "pacifismo" de la cámara catalana y del Govern ante la "querella política" impulsada por la Fiscalía. El Tribunal Supremo ha citado para los días 2 y 3 de noviembre a los seis miembros de la Mesa del Parlament, entre ellos Forcadell, acusados por la Fiscalía de los delitos de rebelión, sedición y malversación.

Después de que el Gobierno de Mariano Rajoy anunciara el pasado viernes la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones para el 21 de diciembre, Forcadell ha puesto en valor el "pacifismo de las instituciones y la sociedad catalanas". "Nos quieren en prisión por lo que pensamos y por lo que representamos, no por lo que hemos hecho", ha afirmado Forcadell, según un comunicado del Parlament.

A su juicio se trata de una querella "absolutamente política, llena de contenidos políticos" y "sin ninguna base jurídica", y ha señalado que el delito de rebelión requiere del "uso de la violencia", un hecho, ha defendido, "que en ningún caso se ha producido". "Tanto la sociedad como las instituciones catalanas han actuado, actúan, y actuarán siempre pacíficamente y democráticamente", ha aseverado.

Ha recordado además que su tarea al frente de la institución y como miembro de la Mesa del Parlament es "garantizar la libertad de expresión y el derecho de iniciativa de los diputados", y actuar de otra manera hubiera supuesto "incumplir las funciones por las cuales nos escogieron".

En este sentido, Forcadell se ha mostrado orgullosa de la tarea que han realizado los miembros de la Mesa querellados "para que todo lo que interesa a la ciudadanía haya podido ser debatido en la sede de la soberanía nacional". Forcadell ha tildado el escrito de la querella de una "causa general contra el soberanismo", para "criminalizarlo" y construir un relato sobre una violencia que "no ha existido", ya que ha recordado que "la violencia que hubo el 1 de octubre no fue ejercida por la ciudadanía precisamente".

"Quien piense que con las querellas o prisiones acabará con las instituciones catalanas se equivocará", ha agregado, y ha concluido que Europa "no puede mirar hacia otro lado ante la posibilidad real de que no se produzca un juicio justo, basado en la imparcialidad, la independencia y la separación de poderes".