Todo ocurrió en una playa de Kalbarri, al Oeste de Australia, en la que Jed Gradisen se encontraba surfeando tranquilamente cuando, de pronto, un delfín saltó fuera del agua y se lanzó hacia él.

"Estaba remando hasta la orilla cuando vi cómo pasaba un grupo de delfines. Como venían directos hacia mí, intenté esquivar su ruta, pero uno saltó justo sobre mi", dice el jóven. "El delfín fue a parar a mi espalda. Estaba muy estresado, casi tanto como yo", comentaba Gradisen.

“Cuando lo vi aparecer no me lo creía. Fue un salto largo y pude armarme un poco para contener el choque. Intenté salir de su camino, al fin y al cabo es su lugar. Su hocico fue a dar contra el centro de mi tabla, por lo que me temo que le dolería un poco al delfín”, manifestaba el joven al salir del agua.

A pesar de lo aparatoso del accidente y terminar con la tabla rota, Jed Gradisen salió completamente ileso. "Ni en sueños me habría imaginado una cosa así", finaliza el joven.