Además de convencer a Picasso para que participara junto al Gobierno de la Segunda República en la Expo de París de 1937 -en la que el malagueño presentó el 'Guernica'-, fue el director general de Bellas Artes de 1934 a 1937. Sin él, puede que actualmente el Museo del Prado no fuese el Museo del Prado.

Gracias a Renau, las principales obras de nuestro arte se trasladaron antes de que los golpistas bombardeasen Madrid durante la Guerra Civil. Pensaba que independientemente de las ideas políticas, nuestro arte es un tesoro y pertenece a los españoles sea quien sea quien los dirija: él se tuvo que ir de España cuando el franquismo ganó la guerra pero le debemos gran parte del arte que podemos respirar hoy en España.

Josep Renau falleció de muerte natural en la Alemania Oriental, donde explotó su vena artística a base de reconocidos murales. Nunca regresó a España y fue enterrado en Berlín, aunque siempre vivió con un miedo. Ahora, el documental 'El arte en peligro' repasa su historia en el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno), en su Valencia natal.