LA COMPAÑÍA CUIDA LOS DETALLES EN SU NUEVA GAMA
BQ Aquaris E: yo soy español, español, español
La compañía española BQ ha presentado su nueva gama de teléfonos, Aquaris E, compuesta por un total de siete dispositivos. Su precio todavía es su principal baza, pero por primera vez tienen más.

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Hasta hace bien poco, los teléfonos de BQ eran como la sangría de chiringuito: baratos, malos y typical Spanish. Sin embargo, con su último teléfono, Aquaris E, el fabricante ha sacado uno de los factores de la ecuación y su sangría ha subido un peldaño. No se servirá en El Bulli, pero tampoco dejará resacas insoportables.
Esto se ha conseguido gracias a tres elementos: la receta, los ingredientes y el toque del cocinero. El Aquaris E es la primera vez que han podido crear un smartphone desde cero y eso se nota. De hecho, ya se notó en la presentación del dispositivo en Madrid, en la que la compañía quiso dejar muy claro que había cuidado cada detalle.
Y aquí es donde entran los componentes, que son los ingredientes de esta receta. La empresa los ha elegido concienzudamente para conseguir exactamente lo que buscaban y, cuando no existían, como en el caso de la batería, han ido con los planos para que alguien los hiciese. Esto da lugar a un rendimiento aparentemente bueno (en la presentación únicamente pudimos probar un modelo) y una duración de batería que, al menos, no nos dejará tirados a mitad del día.
Por último está el toque del chef. Probablemente Chicote no haya pasado por las oficinas de BQ, pero está claro que algo ha cambiado. La impresión es que han pasado de hacer productos intrascendentes pero con un gran precio que lo compensaba (en el mejor de los casos), a dispositivos interesantes en los que el precio es una ventaja más. Es decir, algo parecido a lo que hicieron Google y LG con el Nexus 5. Y, en general, seguir el ejemplo de Google es una buena idea.
Esto también se nota en la elección de los materiales. No hay aluminio (eso, para los que lo puedan pagar), pero también hay grandes que recurren al plástico, como Samsung o Apple (en su iPhone 5c). La clave está en hacerlo con gracia y conseguir una construcción robusta y un diseño elegante, algo que BQ ha sabido hacer.
Todos tenemos dentro un seleccionador, un presidente del Gobierno y un chef. Da igual que sea la cebolla de la tortilla de patatas o el procesador de un teléfono; nos gusta elegir. Por eso Aquaris E llega en varios modelos distintos; tantos, que más que sangría parece un gin-tonic. Hay cuatro tamaños de pantalla a elegir (4, 4,5, 5 y 6 pulgadas), cada uno con sus características. Aunque la idea era que menor tamaño no significase peor calidad, la reducción sí se ha notado y los dos más pequeños son los más modestos, aunque tienen unas especificaciones correctas, sobre todo para su precio (129,90 y 149,90 euros, respectivamente)
En el caso de la versión de 5 pulgadas hay tres opciones distintas, que van desde los 179,90 euros (pantalla HD, procesador de cuatro núcleos a 1,3 GHz, 1 GB de RAM y 8 GB de almacenamiento) a los 249,90 (pantalla Full HD, procesador de ocho núcleos a 2 GHz, 2 GB de RAM y mismo almacenamiento).
El modelo más grande de todos probablemente será el que lo tendrá más complicado. Para empezar, será el último en llegar (se pondrá a la venta en agosto) y su precio es algo más elevado (299,90 euros). Los componentes permiten que pueda competir con los dispositivos de su segmento, pero las 6 pulgadas todavía tienen un componente premium que BQ aún no ha logrado. Aun así, puede hacerse un hueco si consigue atraer a un público que por ahora no ha estado interesado en este tamaño.
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