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INVESTIGACIÓN DE LA UNIVERSIDAD DE ZURICH

Anatomía del troll: en realidad somos más agresivos cuando no somos anónimos

¿Pensabas que los trolls eran peores cuando eran anónimos? Pues no: según un estudio, es justo al revés.

Anatomía del troll

Anatomía del troll Agencias

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Cuando hablamos de los trolls de internet hay dos factores que siempre escrutamos a la hora de analizarlos: principalmente, la lejanía frente a la persona acosada y el anonimato que le permite usar internet.

El primer factor está claro y se define por aquel dicho de 'toda la gente que te insulta en internet no te diría ni la mitad de eso si te tuviese delante en persona'. Y parece evidente que es así. El segundo también parece obvio: si hay gente dispuesta a atacarte de manera tan voraz es porque tiene un gran escudo delante: el del anonimato.

Sin embargo, parece que, al menos este segundo factor, conviene ser analizado con más tranquilidad. Sobre todo después de ver un estudio de la Universidad de Zurich que asegura todo lo contrario.

Y es que, según dicho informe, publicado en la revista de divulgación 'PloSOne', en realidad el anonimato en internet no es ni mucho menos un impulso para todos aquellos que quieren poner a parir en la Red a cualquier persona que les caiga mal o que, desde su criterio, haya que linchar digitalmente.

De hecho, el estudio le da la vuelta a la tortilla: según su tesis, en realidad los usuarios somos mucho más agresivos con el objetivo de nuestros acosos cuando en nuestro nick mostramos sin tapujos nuestro nombre real, que será fácilmente identificable como otros rasgos de nuestra persona como la profesión.

La razón: el reconocimiento

El informe presentado por la Universidad de Zurich no ha sido realizado a la ligera ya que, según aseguran sus responsables, la investigación fue llevada a cabo durante nada menos que tres años. Concretamente, entre 2010 y 2013

En ese periodo de tiempo, los investigadores entraron en diversos medios de comunicación y plataformas de todo tipo y analizaron de la manera más minuciosa posible un total de 523.197 comentarios realizados por más de 1.600 personas en ese transcurso de tiempo. No parece una mala muestra, desde luego.

Pero, ¿a que se debe esto? ¿Por qué si dábamos por hecho que el mayor arma de un troll es el anonimato ahora resulta que es justo al contrario y que es con su nombre y apellidos cuando más virulento se pone?

La respuesta, según el estudio, es medianamente sencilla: el reconocimiento. Y es que, cuando un troll actúa, no sólo insulta por insultar, sino también para obtener el reconocimiento de sus acólitos cercanos. Y eso, parece ser, se produce más cuando el atacante o acosador en cuestión tiene una red de contactos consolidada merced a dar su propio nombre.

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