El robot perfecto para los políticos que aman las ruedas de prensa sin preguntas

A menudo, una gran idea deriva en un gran proyecto gracias a la fusión de dos artilugios ya inventados. Puede ser el caso de Double Robotics, o robot híbrido entre monociclo eléctrico y cabeza de iPad.

No en vano, Double se presenta como uno de los 20 proyectos de robótica del CES 2015 en Las Vegas. Su filosofía es clara. Nadie debería tener que ir a la oficina, si puedes comunicarte con tus compañeros o con tu jefe mediante nuevas tecnologías como éstas.

Dicho así, suena bien. No en vano,  sus creadores aseguran que Double es el compañero de trabajo perfecto para todos aquellos freelance o empleados que combinan su jornada laboral con el teletrabajo responsable.

El monociclo eléctrico de ocho horas de autonomía y siete kilos de peso cuenta con un cabezal idóneo para instalar un iPad desde el cual activar la cámara de vídeo y el micrófono.

Para controlar en remoto este robot, se necesita, obviamente, o bien otro iPad o bien un iPhone, que se usarían como mando a distancia una vez instalada la app de gestión del robot.

En tiempos de videoconferencias por Facetime, Skype o Hangouts, parece una tontería pagar 2.500 dólares por la base y app de Double Robotics, además de los dos iPads necesarios para su control.

Puede, pero sus creadores aseguran que la movilidad del artilugio –pasear por una oficina, entrar y salir de una sala de reuniones, subir o bajar una o dos plantas- merece la pena.

No obstante, observando el vídeo promocional del invento, uno tiende a preguntarse qué pasaría si la cara que emerge del iPad no fuera la del empleado ausente de la oficina, sino la del empleador.

Dicho de otra manera, que la idea se invirtiera, y Double sea un robot que se activa en remoto para tener el careto de tu jefe rodando por tu casa 24 horas al día, 365 días al año, sin horario fijo al que atenerse.

O, si somos más tendenciosos, que la filosofía de Double Robotics se adopte por aquellos políticos que aman las ruedas de prensa sin preguntas ni comparecencias físicas.

Imaginen la cara de un presidente de Gobierno en un iPad con ruedas que circula despacio hasta el atril de una sala de prensa abarrotada de periodistas en busca de un titular.

“Buenos días, el motivo de mi comparecencia de hoy es _________ Gracias por su atención”.

Fin de la rueda de prensa.