LAS PRISAS A VECES NO SON BUENAS
LG Lifeband Touch: no por mucho madrugar...
LG acaba de lanzar en España su pulsera 'inteligente', la Lifeband Touch. La compañía presentó el dispositivo en el CES de Las Vegas y parece que tenía ganas de que llegase al mercado, pero estas prisas han sido una mala idea.

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El mercado de los relojes y las pulseras 'inteligentes' cada vez tiene más protagonistas (y lo que te rondaré, morena). Uno de los últimos en llegar a las tiendas es Lifeband Touch, la pulsera de LG que tiene como gran rival al Gear Fit de Samsung. A su favor tiene un precio bastante más asequible (149 euros) y una lista de dispositivos compatibles en la que entran más fabricantes y se extiende a iOS. En contra, casi todo lo demás.
Seamos justos: Lifeband Touch no es un mal producto. El problema es que hoy en día eso no es suficiente. Quien compre una no se sentirá decepcionado necesariamente... hasta que mire las muñecas de sus amigos.
Parece que la diferenciación entre relojes y pulseras se ha centrado, aparte del diseño, en que los primeros sean más elegantes y funcionen más como centro de notificaciones e información y que las segundas vayan dirigidas a la monitorización de la actividad física (con excepciones, por supuesto). En este caso, se cumple.
Este seguimiento se hace gracias al acelerómetro de Lifeband, que permite que el dispositivo sepa cuándo está haciendo ejercicio el usuario. Esta información se envía a la aplicación, que es la que realmente pone la inteligencia. Es una de las más completas (si bien puede resultar abrumadora al principio, con el tiempo se agradece que tenga tantas opciones) y cubre algunas de las carencias de la pulsera. Es como ese lateral silencioso o ese medio defensivo discreto que realmente dirige la defensa y hace que no se vean los problemas en las transiciones del central canterano que se lleva las portadas.
Así, por ejemplo, aunque Lifeband no es sumergible (y hoy, que podemos grabar vídeo en 4K debajo del agua, esto tiene poca justificación), desde la app se puede introducir el ejercicio para que lo tenga en cuenta como si lo hubiese medido el propio terminal (por nadar, vaya). La lista de deportes es bastante completa, tanto que hace que nos preguntemos para qué sirve Lifeband. Si no va a medir más que los movimientos que detecte (básicamente correr), ¿para qué voy a llevarla encima? Al menos avisa a medida que se cumplen objetivos y anima al usuario para que llegue a ellos.
La pulsera no es capaz de recoger otros datos, como el ritmo cardíaco (algo que sí hace Gear Fit). LG ha lanzado unos auriculares compatibles con su aplicación y que sí pueden hacerlo, pero suponen un gasto adicional considerable.
A todo esto hay que unir que no es especialmente cómoda y su diseño no ayuda. La mayoría de las veces estaremos más preocupados de que se no caiga (en su defensa hay que decir que por mucho que parezca que puede ocurrir, es algo que no me ha pasado en ninguna ocasión).
Lo que no puede solucionar la aplicación es lo que simple y llanamente no funciona. El ejemplo más flagrante es la pantalla OLED, que es imposible de ver con luz directa. Y por sorprendente que parezca, el ejercicio al aire libre se suele realizar al aire libre, bajo la luz de ese débil LED que es el Sol. Si quieres mirar la hora tendrás que buscar una sombra o hacerla con la mano e incluso así será difícil de ver.
Para controlar las distintas funciones (reloj, monitorizador y mando a distancia del reproductor) hay que usar una mezcla de controles físicos (el botón con el que se cambia entre estos tres modos) y táctiles (deslizar para desplazar entre los distintos menús y pulsar para seleccionar). Es fácil de comprender, pero no por ello menos incómodo y poco intuitivo.
Por último, las notificaciones se quedan muy cortas: llamadas y mensajes. Además, no es posible interactuar con ellas, sino tan solo saber lo que ocurre.
En definitiva, parece que LG tenía algo de prisa por llegar con su Lifeband al mercado, pues corría el riesgo de que la propuesta se quedase vieja (los seis meses pasados desde que se vio por primera vez son casi una eternidad en el sector). La buena noticia es que es probable que toda esta experiencia sirva para que la próxima iteración corrija los errores y, de paso, adelgace un poco. Es posible que hasta el próximo CES no la veamos (la IFA de septiembre está demasiado cerca), pero eso es más tiempo para que la compañía trabaje en mejorar y la firma coreana ya ha demostrado en su división móvil (con LG G2, G3 y lo aprendido con sus Nexus) que equivocarse, a veces, es bueno.
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