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ASÍ ES EL NUEVO SMARTWATCH REDONDO DE SAMSUNG

Gear S2, el nuevo reloj de Samsung es una ventana (redonda) hacia lo que será el futuro

El nuevo reloj de Samsung, el Gear S2, apunta hacia el futuro, dispositivos discretos, que pueden vivir de forma independiente y que exploran nuevas fórmulas de interacción entre nosotros y ellos. Dentro de diez años no recordaremos la gran mayoría de dispositivos actuales, pero apuesto a que algunos como el Gear S2 sí.

Samsung Gear S2

Samsung Gear S2 Javier Lacort

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Si hace justo un año Samsung presentó un reloj poco agradable a la vista, desastroso en lo ergonómico, limitado en utilidad y a un precio desorbitado, esta IFA el panorama ha cambiado por completo. Hablamos del Gear S y el Gear S2, una evolución propia de cinco años que se ha dado en solo uno. Y es que el S2 es circular, discreto (más pequeño que un Moto 360, por ejemplo), con un sistema de interacción totalmente innovador y unas cuantas mejoras en su software. Software, por cierto, que no es Android Wear, sino Tizen.

¿Qué implica el uso de Tizen? Por un lado, que Samsung puede hacer lo que le dé la gana con su reloj. Sus propios desarrollos, su propio diseño, etc. Y de paso, diferenciarse de la legión de fabricantes que están usando el sistema de Google, que apenas admite personalización. Por otro lado, por el malo, es que renuncia a los servicios de Google, que son los reyes del mambo en Internet y en la electrónica, y a los que todo usuario de Android está ya acostumbrado a usar.

Google Maps, Gmail, Google Now, Hangouts… Todo esto, simplemente, no está en el Gear S2. Igual que las watchfaces: tiene las suyas propias y se pueden descargar más de la tienda, pero no cuentes con las que has visto en Android Wear.

Gear S2

Ya dentro del reloj, retomamos el tema estrella del mismo: el bisel rotatorio. Si Android Wear se basa en gestos táctiles y el Apple Watch en su corona digital, el protagonista del Gear S2 es el bisel. Girándolo podemos hacer scroll, cambiar el icono al que queremos acceder, ascender o descender en un texto, etc. La experiencia es realmente buena: no hay retraso ni frustraciones, simplemente funciona.

Una curiosidad: ¿cómo hacer que leer una noticia, por ejemplo, sea cómodo en un reloj con pantalla circular? La vía tradicional no sirve, así que había que inventar algo. Ese “algo” ha sido el uso de la tecnología Spritz, que básicamente libera textos largos palabra a palabra con un sistema de posicionamiento de letras que hace que leer sea muy rápido, más incluso que con el sistema habitual. Eso es lo que ha hecho Wall Street Journal con su aplicación, y más de uno tomará nota para implementar la misma solución.

Otro uso interesante del reloj es que se puede usar como una tarjeta de crédito para pagar. Lo hace con el sistema Samsung Pay, recién estrenado. Para pagos inferiores a 20 euros funcionará como una tarjeta NFC, no requerirá el PIN.

Para pagos por encima de esa cantidad, sí. ¿Cuándo llegará a España? No hay fechas concretas y Samsung no se ha querido mojar siquiera con una aproximación, así que tocará esperar mientras vemos cómo Estados Unidos es el primero (sorprendente, ¿eh?) en tenerlo. Pero llegará, según ha asegurado Samsung, y no se convertirá en un compromiso roto.

Pudimos ver una demo de pago con el reloj y el funcionamiento era tan rápido como con el móvil.

Gear S2

¿Y el deporte? A estas alturas pensar que un fabricante de electrónica haga un dispositivo corporal sin poner el foco en el deporte roza la entelequia. Todos lo hacen, a nivel de software y de hardware, y Samsung no iba a ser menos. Ha incluido S Health, su suite deportiva habitual, para monitorizar nuestra actividad y combinarla con nuestros latidos (el reloj tiene el sensor en su parte inferior). También llega con la aplicación de Nike+ instalada de serie.

El Gear S2 se administra y configura mayoritariamente desde el teléfono móvil, a través de su app específica. Pero puede ser usado como teléfono por sí mismo. ¿De qué forma? Gracias a su eSIM (tarjeta SIM electrónica), una tecnología que se convertirá inevitablemente en el estándar del futuro, pero que en la Unión Europea todavía no está regulada. Así que en España, como buenos hijos de Europa, nos podemos ir olvidando de que llegue este modelo, idéntico al normal en todo lo demás, al menos hasta nuevo aviso.

Su pantalla, por cierto, es muy muy buena: la tecnología AMOLED ya no tiene secretos para Samsung, fabricante principal que hace uso de ella, y el contraste, ángulos de visión, temperatura de color e intensidad del color negro son excelentes. Lo cual es más importante para el día a día con el reloj de lo que puede parecer.

Más allá de aspectos individuales, ¿qué es el Gear S2 en conjunto? ¿Qué significa? Es la confirmación de que vamos hacia un futuro donde la tecnología esté mucho más integrada en nosotros. Los smartphones no pueden ser el final. No dejan de ser un ladrillo que hemos de llevar en el bolsillo, cargar cada noche, ir con cuidado para no destrozarlo con una caída, y en definitiva ocupan un espacio importante.

“Lo próximo”, el futuro, ha de ser menos friccional y estar ligado a cada usuario de una forma más personal. Al fin y al cabo, los smartphones no se comparten y no se suelen tener varios personales. Se cumple la regla de “una persona, un móvil”, y ahí hay mucho camino que recorrer.

Como decía al principio, y lo repito, el Gear S2 apunta hacia ahí, hacia dispositivos que no llamen la atención, sino que sean discretos, que pueden vivir de forma independiente y que exploran nuevas fórmulas de interacción entre humano y dispositivo. Dentro de diez años no recordaremos la gran mayoría de dispositivos actuales, pero apuesto a que algunos como el Gear S2 sí, ellos son los que apuntan al futuro.

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