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PARA SACARLE PARTIDO NECESITAS UN TELÉFONO SAMSUNG

Gear Fit: Samsung todavía sabe cómo sorprender

Por fin hemos podido probar Gear Fit, el reloj inteligente que Samsung presentó en el Mobile World Congress. Llegó por sorpresa y ha conseguido mantener la expectación hasta su lanzamiento ¿Cómo lo han hecho? Muy sencillo: con un buen producto.

Samsung arriesga... y convence

Samsung arriesga... y convence TecnoXplora

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Desde hace un tiempo casi todos los productos de Samsung reciben la misma crítica: falta innovación. Sí, son buenos terminales (algunos, al menos) tienen más sensores, más potencia y mejores pantallas, pero les falta algo; jugársela. Como ha demostrado Del Bosque, a veces no sirve con repetir la misma fórmula y hay que arriesgar. Pues bien, Gear Fit es la sorpresa en la lista de este peculiar seleccionador coreano.

Curiosamente, pude probar en profundidad el híbrido entre reloj y pulsera justo la semana en que se publicó el desenlace de mi historia de amor con Pebble Steel. Es decir, justo en el momento en que me había acostumbrado a llevar un centro de notificaciones en la muñeca, pero también cuando había dejado de sorprenderme ¿Y por qué me pongo a hablar de mi ex en mi primera cita con otra chica? Básicamente porque no sé ligar, pero también porque era necesario hacer esta aclaración.

Para el análisis de Gear Fit decidí olvidar el pasado y juzgarlo como si fuese, de nuevo, un primer amor. El mercado de los relojes y demás ponibles es demasiado joven como para tener muy en cuenta la experiencia con otros productos. Ojo, esto no quiere decir que no lo vaya a comparar; tan solo que no seré muy duro con él por no ser capaz de sorprenderme.

Y es que Gear Fit sorprende. Tras unos meses, imagino, se pasará esta sorpresa, porque sus funciones no dan para más (como no dan las de Pebble), pero hasta entonces creerás que es la mejor compra que has hecho nunca. Eso sí, para ello necesitarás un teléfono de Samsung, porque no es compatible con los de otros fabricantes. Ni siquiera con todos los terminales de la compañía.

Pero da igual. Te vas a pasar los días mirándote la muñeca. La pantalla táctil se ve genial, tanto con los fondos predeterminados como con las imágenes del teléfono. La hora, que al final es lo que importa, se muestra en diversos formatos y los menús son intuitivos y sencillos de utilizar. El hecho de que solo haya un botón físico puede resultar extraño al principio, pero no lleva más que unos minutos hacerse a su funcionamiento. Otro de los puntos a favor es que Samsung finalmente recapacitó y añadió la disposición vertical, así que ver la hora ya no conlleva lesiones de cuello.

De todos modos, dar la hora es solo una de las muchas funciones de Gear Fit. También sirve como centro de notificaciones y en este sentido lo cierto es que está bastante por encima de la mayoría de dispositivos del mercado. Aparece bastante información (aunque hay que tener en cuenta que el tamaño de la pantalla da para lo que da), es compatible con todas las aplicaciones de las que puedas querer información en la muñeca y hasta permite abrirlas en el teléfono (solo las apps, eso sí, nada de ir directamente a la notificación concreta).

Por otro lado está la obsesión de los fabricantes con que cuidemos nuestro cuerpo. Parece que acaben de descubrir que si se mueren sus clientes no tendrán quien compre sus productos. En cualquier caso, Fit cuenta los pasos que damos y controla la calidad de nuestro sueño. En ambos casos es necesario activar la función (algo que se te olvidará hacer) y en ambos casos deja algo que desear.

Los pasos rara vez coincidirán con los que cuenta el teléfono, y la diferencia será considerable. El lado positivo es que desde el reloj es posible marcarnos objetivos diarios o ver la evolución semanal, así que no se queda en una simple curiosidad, sino que va más allá. En el otro lado encontramos el control de sueño, que simplemente detecta el movimiento y concluye que el usuario, como la industria musical en la última década, ha salido de la fase R.E.M.

A todo esto hay que unir un pulsómetro que, de nuevo, parece una tecnología no del todo necesaria, pero cuya introducción se agradece. Fit está dirigido a los deportistas, y seguro que lo utilizarán más que yo. En lo que sí coincidimos es en lo práctico que resulta poder cambiar una canción o subir el volumen del reproductor sin tener que sacar el móvil del bolsillo.

En resumen, aunque Gear Fit no revolucionará el mercado, sirve para recordar que Samsung sabe innovar y demostrar cómo se deben hacer las cosas. Es uno de los mejores ponibles que se pueden encontrar actualmente, tanto por diseño como por prestaciones, su batería llega a los 4 días de uso normal (medir las carreras ya es otra historia) y hasta es resistente al agua.

La compañía se ha tirado a la piscina por primera vez en mucho tiempo y lo ha hecho con clase. El problema es que ahora vienen unos meses duros en los que probablemente veremos el doble mortal con tirabuzón de Apple y el equipo de natación sincronizada de Android Wear. Hasta puede que Microsoft haga una bomba que o consigue que les inviten a salir de la piscina o que el jurado se levante a aplaudir entre lágrimas.

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