EVITA LOS ERRORES MÁS COMUNES
Consejos para comprar la tarjeta microSD que realmente necesitas
Comprar una tarjeta externa para nuestro teléfono, tableta o cámara puede parecer la cosa más fácil del mundo, pero también tiene su intríngulis.

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Contar con una microSD en el dispositivo es algo fundamental para ampliar su almacenamiento interno, sobre todo cuando compramos modelos económicos de teléfonos o elegimos las versiones con la memoria más modesta sin tener en cuenta que el sistema operativo y el 'bloatware' (programas preinstalados por los fabricantes) se trapiñan buena parte de él.
Si no podemos permitirnos tener un almacén en la nube para las fotos, vídeos y otros archivos pesados, o si nuestras listas de Spotify ocupan un montón, vamos a tener que recurrir a una microSD.
Las tenemos de muchas marcas, precios, colores y, sobre todo, capacidad: desde 4 a 512 GB. Porque ese es el dato en el que nos fijamos, y es un craso error.
Pero no te preocupes, nosotros te decimos en todo lo que tienes que fijarte antes de comprar una de estas mini tarjetitas.
1. La compatibilidad
Es lo más elemental, puesto que tenemos tres tipos de formatos. La más básica es la microSD normal (hasta 2 GB), que se puede usar en cualquier ranura. Luego tenemos la microSDHC, con capacidad entre 2 y 32 GB, que se puede usar en hardware compatible con ésta y con la siguiente, la microSDXC (32 GB – 2 TB).
Este último formato sólo sirve para terminales compatibles, pero en este caso hay que tener en cuenta la capacidad de almacenamiento máxima que admite. Por ejemplo, el Galaxy S7 admite hasta 200 GB, por ejemplo, mientras que el nuevo HTC 10 sube el listón.
2. La velocidad adecuada
No hay que obsesionarse mucho con este tema si es para un teléfono o tableta. Lo normal es elegir una velocidad media, a no ser que queramos grabar vídeo en 4K, caso en el que elegiremos la más alta (si el dispositivo es compatible, claro, aunque si es capaz de grabar en 4K lo lógico es que sí).
Tenemos tres velocidades a elegir: Class 100 (10 Mb por segundo y vídeos menos de 1080p), UHS-1 Class 1 (10 Mbs y vídeo en 1080p) y UHS-1 Class 3 (30 Mbs y vídeo hasta 4K).
UHS es 'ultra high speed' (ultra alta velocidad), un estándar que permite mover los datos más rápido, aunque esto tiene que ser compatible con el hardware. En la etiqueta lo veréis con una 'U' y un '1' o '3' dentro de la letra (dependiendo de su va a 10 o 30 Mbs).
Tened en cuenta que en el mundo de las microtarjetas sucede como en el de la velocidad de internet: no es la misma la que te llega que la que contratas.
3. La clase
Por fuera todas parecen iguales, pero cada una tiene una clase, que indica la velocidad mínima de escritura en megabytes por segundo. Sí, velocidad, como en el punto anterior, habéis leído bien. Los fabricantes no son muy claros ofreciendo tantos datos, pero este justamente sirve para hacernos una idea del rendimiento mínimo que te ofrece la microSD.
Tenemos cuatro clases: 2 (+2Mbps) , 4 (+4Mbps), 6 (+6Mbps) y 10 (+10Mbps). Y aún tenemos más en el apartado de la velocidad: hay fabricantes que te colocan la velocidad como en la época en la que grabábamos cedés vírgenes (16X, 32X, 1000X...). ¿No querías caldo? Pues toma dos tazas.
4. La compatibilidad
Lo hemos apuntado antes, pero infórmate de la clase de tarjeta que admite tu dispositivo y elige la capacidad y la velocidad dependiendo de lo que quieras: si vas a lanzar muchas ráfagas de fotos, fotos en RAW o a grabar vídeo 4K tira a lo alto, pero si vas a copiar apps o fotos con resolución normal elige algo más modesto.
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