VOLVER A LA NATURALEZA
¿Vivirías en una ciudad hecha de huesos?
Las ciudades de hoy en día se construyen a base de hormigón y de acero, pero algunos investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) creen que las ciudades del futuro deberían volver a la naturaleza para apoyar a una población cada vez más numerosa y mantener así las emisiones de carbono bajo control.

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El hormigón y el acero son responsables de buena parte de las emisiones de carbono en todo el mundo porque antes de utilizarlos como material de construcción, ambos elementos deben ser procesados a temperaturas muy elevadas, lo que implica una gran cantidad de energía.
De cara al futuro, ¿cómo podríamos continuar construyendo sin aumentar las emisiones de carbono?
Este grupo de investigadores cree que la solución es crear nuevos materiales de construcción que sean fuertes, sostenibles y que se inspiren en la naturaleza. Para ello, los científicos -junto con el apoyo financiero del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos- están construyendo pequeñas muestras de hueso y cáscara de huevo artificial, que podrían ser utilizadas como implantes médicos o como materiales de construcción. Esto se debe a que el hueso da rigidez y dureza y la proteína tenacidad o resistencia a la fractura (cáscara de huevo + huesos).
“Una de las cosas interesantes es que los minerales componen el depósito de hueso a lo largo del colágeno, y los depósitos de cáscara de huevo hacia el exterior desde el colágeno, de forma perpendicular; por lo tanto, incluso podría darse el caso de que estos dos compuestos se podrían combinar para hacer una estructura de tipo reticular, que sería aún más fuerte - hay algo de ciencia interesante en este planteamiento que nos gustaría estudiar”, explica Michelle Oyen, coautora del trabajo.
Creando huesos artificiales junto con las cáscaras de huevo, estos nuevos componentes están basados directamente en plantillas sobre colágeno, la proteína más abundante en el mundo animal. Como el proceso se lleva a cabo a temperatura ambiente las muestras requieren de muy poca energía para su producción, por lo que no es descartable que en el futuro pudiésemos estar viviendo en casas construidas a base de ladrillos hechos de cáscara de huevo y hueso.
“Otra cuestión es la industria de la construcción que es muy conservadora. Todas nuestras normas de construcción existentes han sido diseñadas con el hormigón y el acero en la mente. La construcción de edificios con materiales totalmente nuevos significaría replantearse por completo toda la industria. Pero si quieres hacer algo realmente transformador para reducir las emisiones de carbono, entonces creo que es lo que tenemos que hacer. Si vamos a hacer un cambio real, un replanteamiento importante es lo que tiene que suceder”, sentencia Oyen.
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