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NOS AYUDA A NOSOTROS PERO FASTIDIA A LOS PÁJAROS

El Prozac que tomamos está dejando a los estorninos sin apetito ni libido

La naturaleza también sufre con nuestras depresiones. Un estudio sugiere que el famoso antidepresivo podría estar contribuyendo en la reducción de las poblaciones de aves.

No es el humo negro de 'Lost', es una bandada de estorninos

No es el humo negro de 'Lost', es una bandada de estorninos aaddaamn en Flickr bajo licencia CC

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Observar el vuelo de bandadas de miles de ejemplares en algunas ciudades como Brighton, formando una especie de nube negra con formas imposibles, es uno de los espectáculos más bonitos que brinda la naturaleza en las islas británicas. Lo hacen poco antes de emprender su migración invernal, ahora en grupos más pequeños que hace varias décadas.

En los cielos del Reino Unido se han perdido alrededor de 50 millones de estorninos desde la década de los sesenta. Esto es casi un 70% de la población, según la Royal Society for the Protection of Birds.

Este descenso se debe, en buena parte, a la agricultura intensiva, que ha acabado con muchos árboles donde puedan posarse y reproducirse. También los fertilizantes y los monocultivos les han reducido la cantidad de bichos y semillas con los que se alimentan. Pero puede que haya más culpables del descenso vertiginoso de la población estos pájaros, que en muchas ocasiones son considerados plaga y un grave problema de salud pública, como cuando colapsaron el Big Ben con sus excrementos en 1949.

La causa podría ser la “contaminación farmacéutica”. Sí, esas cantidades mínimas de medicamento que expulsamos por la orina, atraviesan los sistemas de alcantarillado y se quedan en las aguas residuales y depuradoras antes de pasar a los ríos y mares. En estos lugares es a los que el estornino común acude a alimentarse de gusanos y pequeños invertebrados.

Concentración del medicamento en el agua

Un estudio publicado 'Philosophical transactions of the Royal Society B' ha indagado en los efectos de la ingesta pasiva de Prozac en estorninos. El fármaco, más que alterar su cerebro o su comportamiento, modifica sus hábitos de alimentación y de apareamiento.

Los investigadores aplicaron a 24 estorninos la misma cantidad que hallarían en las aguas residuales y comprobaron que algunos efectos secundarios que mostraban eran similares a los humanos que se medican con este antidepresivo. La cantidad de droga que puede estar presente en una lombriz es entre el 3 y el 5% de la dosis ingerida por una persona.

Lo más preocupante fue la pérdida de apetito, ya que comieron menos que los estorninos que no tomaron el fármaco, y esto puede ser clave a la hora de sobrevivir en un duro invierno. Pero también fue un hecho la pérdida del “apetito sexual”, ya que las hembras afectadas no mostraban ningún tipo interés por los machos.

Los autores del estudio son cautos, ya que los efectos medidos son muy sutiles: “No hay una mortandad enorme, pero los productos farmacéuticos si que podrían tener un impacto negativo en la vida silvestre”, según declaran al diario The Guardian.

El siguiente paso a seguir en esta línea de investigación es el estudio de estorninos salvajes y, después, encontrar un método distinto para valorar si el Prozac realmente afecta al cerebro de los pájaros y a su estado de ánimo como sucede con las personas.

Los científicos creen haber abierto otro camino de investigación para esclarecer las causas del preocupante descenso de las poblaciones de estas ruidosas aves.

Otros estudios similares llevan alertado desde la década de los noventa de la pérdida de fertilidad en algunos peces por culpa de las pastillas anticonceptivas. Los estrógenos que acababan en su hábitat natural acaban provocando que los machos tuvieran características muy femeninas.

El problema de la contaminación de los medicamentos es muy complejo y se necesitan más estudios en esta dirección, ya que sería muy complicado y costoso depurar estos residuos de mejor forma que la actual.

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