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SECRETO BAJO EL PELAJE

Los osos polares son negros

Todo el mundo cree que los osos polares son blancos, pero si te fijas en el hocico o en las suelas de las patas verás que allí donde no hay pelo su piel es negra.

Oso polar celebra su cumpleaños en Alemania (13-12-2012)

El oso juega con su regalo en el zoo de Hannover EFE

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Bajo el pelaje, la piel de los osos polares es negra. Ese color les ayuda a retener el poco calor del sol que les llega, puesto que viven en el polo y en zonas heladas del Ártico.

Si el oso está bien alimentado puede que en algunas zonas la piel no sean completamente negra, sino amarillentas o pardas. Esto ocurre en aquellas zonas en las que hay depósitos de grasa acumulados bajo la piel que además actúan como aislante contra el frío.

El pelo, sorprendentemente, tampoco es blanco. En realidad es translúcido aunque parece blanco debido a un efecto óptico producido por las burbujas de aire que se acumulan dentro. Lo mismo ocurre con la nieve: el color blanco que vemos proviene de la dispersión que produce el aire existente entre los pequeños cristales hexagonales que la forman.

Para los osos tener burbujas de aire en el interior del pelo representa una doble ventaja desde el punto de vista evolutivo, porque por un lado actúan como un aislante ante el frío exterior y por otro lado les camuflan en entornos fríos, donde ese es el color predominante. De esta manera, los osos polares son más difíciles de detectar por sus presas o por otros osos polares... aun siendo negros.

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