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UN PLACER NOCIVO

Por qué no deberías comer la masa cruda de bizcochos y galletas

Los preparados con harina crudos pueden contener numerosas bacterias perjudiciales para la salud como la salmonela.

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Hay quien lo hace porque no puede esperar o, simplemente, porque le gusta el sabor. Comer los restos de la masa cruda que hemos preparado para hacer galletas o bizcochos puede parecer una costumbre de lo más inocente. Sin embargo, un reciente estudio da una buena razón para saborear solo el postre horneado: ingerir la masa sin cocinar puede tener consecuencias perjudiciales para la salud.

Según la investigación, publicada en 'The New England Journal of Medicine' y firmada por científicos estadounidenses, la harina es un hábitat aún más atractivo de lo que se pensaba para un gran número de bacterias que pueden causar graves infecciones, incluidas ‘E. coli’ y la salmonela.

Los autores analizaron 56 casos de infecciones por un tipo de ‘E. coli’ registrados en Estados Unidos el año pasado y llegaron a la conclusión de que todas tenían un origen común: los afectados habían comido masa cruda antes de hornear distintos dulces. El brote de la enfermedad llevó a las autoridades sanitarias a retirar del mercado más de cuatro millones de kilogramos de harina y alimentos contaminados por los gérmenes.

El tipo de bacteria que encontraron es el mismo que puede hallarse en carne de hamburguesa o en algunos vegetales, por lo que a los científicos les extrañó detectarla en un medio tan seco como la harina. Tras investigar los casos, descubrieron que los patógenos entraron en contacto con el producto antes de entrar en la fábrica de alimentos, así que probablemente fueron transmitidos a los cultivos de trigo por ganado o animales silvestres.

Y es que incluso después de permanecer almacenada durante meses en los estantes de la despensa, la harina puede contener microorganismos capaces de causar problemas de salud. Por eso, los investigadores no sólo desaconsejan comer masas que lleven este producto crudas o que los niños jueguen con ellas, sino que indican que es conveniente lavarse bien las manos (también) después de cocinar. Lo que el horno no puede matar que lo mate la higiene.

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