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PELIGROS NATURALES POR LOS QUE DESAPARECERÍAMOS

Tres motivos científicos por los que se podría acabar el mundo

A pesar de que una catástrofe como una la guerra nuclear o una pandemia de bioingeniería sea la causa más probable del fin del mundo, existen una serie de peligros naturales extremos que podrían  hacer desaparecer la vida tal y como la conocemos.

Fin del mundo

Fin del mundo Pixabay

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Primer motivo: Las tormentas solares

Una amenaza para la civilización podría provenir del Sol. El director adjunto de meteorología espacial en la Oficina de la Casa Blanca en Washington, DC (EE.UU), Bill Murtagh, pasa gran parte de su tiempo ponderando las posibles erupciones solares. Las CME o erupciones de masa coronal pueden tener unos efectos espectaculares en caso de una excelsa tormenta geomagnética. El peor caso de erupción solar tuvo lugar en 1989 cuya tormenta dejó completamente inutilizado un transformador en Nueva Jersey y a 6 millones de personas en la provincia de Quebec en Canadá, sin energía eléctrica.

El evento Carrington de 1859, que lleva el nombre del astrónomo de Reino Unido que observó la erupción solar, Richard Carrington- fue hasta 10 veces más intenso. Es considerada la tormenta solar más potente registrada en la historia. Su pico de intensidad provocó el fallo de los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte.

Otro evento similar a este podría destruir desde decenas a cientos de transformadores, sumergiendo vastas porciones de continentes enteros en la oscuridad durante semanas o quizá meses; tal vez incluso años. Las investigaciones sugieren que un gran evento de este tipo ocurrirían una vez cada varios siglos. Un estudio reciente descubrió que existe un 12% de probabilidad de que se produzca una tormenta en la próxima década.

Colisiones cósmicas

Segundo motivo: colisiones cósmicas

La única manera de que la humanidad no se extinguiese ante una gran colisión cósmica sería evitar la colisión. Una fracción del asteroide que ayudó a la desaparición de los dinosaurios sería suficiente para devastar la humanidad, según Michael Rampino, científico de la Tierra en la Universidad de Nueva York (Estados Unidos).

El lugar de impacto quedaría desierto y terremotos y tsunamis se expanderían por todo el planeta. Sin embargo, los efectos persistentes serían aún más devastadores. Los modelos sugieren que, dependiendo de la velocidad y el ángulo de enfoque, un objeto tan pequeño como 1 kilómetro de ancho podría expulsar suficientemente roca pulverizada para bloquear el sol durante meses. En conjunto, el planeta pasaría a tener un compacto invierno, causando pérdidas de cosechas y hambruna masiva. Afortunadamente, los asteroides de este tamaño chocan contra la Tierra alrededor de una vez cada pocos millones de años.

Tercer motivo: supervolcanes

La amenaza más inexorable de nuestra civilización moderna, sin embargo, es de cosecha propia. Hablamos de los supervolcanes. Cada 100.000 años más o menos, en algún lugar de la Tierra, una caldera de hasta 50 kilómetros de diámetro colapsa y violentamente expulsa montones de magma acumulado. El supervolcán resultante es a la vez imparable y su ferocidad destructiva. Uno de estos monstruos, la erupción masiva del Monte Toba en Indonesia hace 74.000 años, pudo haber acabado con la mayoría de los seres humanos en la Tierra.

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