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BUSCANDO UN SISTEMA ELECTORAL MEJOR

Alternativas matemáticas a la Ley d'Hondt

A menudo, cuando oímos quejas sobre nuestro sistema electoral, algunos atacan al sistema de d'Hondt (el pobre) para elegir diputados y lo señalan como el culpable de la falta de representatividad en el Congreso respecto a los votos reales. Pero ¿es ese el problema? ¿Se puede diseñar un sistema electoral más justo?

- Ilustración de Raquel Garcia Ulldemollins

Ilustración de Raquel Garcia UlldemollinsTecnoxplora

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Entre las polémicas preferidas en estos días (y siempre que se avecinan elecciones) está la de nuestro sistema electoral y su falta de representatividad de la proporciones de votos. No falta quien acusa a la Ley D'Hondt de esta falta de proporcionalidad, a pesar de que no es este método usado en nuestro país (y en otros) el culpable de la citada falta de representatividad de los deseos de los ciudadanos.

Por si alguien no recuerda cómo funciona la Ley D'Hondt (aunque más correctamente, deberíamos decir Método de D'Hondt o Sistema de D'Hondt) para elegir diputados, vamos a tratar de resumirla con un ejemplo simple.

Supongamos que se presentan 8 partidos, A, B, C, D, E, F, G y H, que hay 160 votos y que hay que elegir a 8 diputados. Lo que se hace es una tabla en la que se ponen en la primera fila, los votos obtenidos por cada partido, en la siguiente, el número de votos obtenidos dividido por 2, en la tercera dividido por 3, y así hasta 8, como en la siguiente figura:

Ahora solo hay que escoger los 8 resultados mayores de la tabla y sabremos cuántos diputados aporta cada partido. Si nos fijamos en la siguiente imagen, veremos que serían 2 diputados del partido A, 1 de B, 1 de C, 1 de F, 2 de G y uno de H.

Y ya está. Con esta tabla podemos seguir eligiendo diputados, si se permiten más escaños, hasta que lleguemos al final de una columna. En este ejemplo, hasta que llegáramos al final de la columna del partido A (es el final de columna más alto) y, por lo tanto, como hay 31 valores en la tabla mayores que 4.375, podríamos elegir hasta 32 diputados. Si queremos elegir más de 32, añadimos más filas: dividiendo por 9, por 10...

Muy sencillo, ¿verdad? ¿Qué nos pasa entonces con este sistema? Pues que no nos parece que refleje la proporción real de votos reales. Bueno, esto no es el todo así. En realidad, siempre se habla de falta de proporcionalidad de los votos a nivel nacional con el reparto de escaños, pero nunca se menciona la falta de proporcionalidad en una circunscripción dada. ¿Por qué?

La respuesta es muy simple: porque en cada provincia el sistema D’Hont respeta las proporcionalidades . Evidentemente, la proporción de voto no se puede respetar al cien por cien: la única forma de asegurar totalmente dicha proporcionalidad sería que tuviéramos un parlamento con tantos diputados como votos depositados en las elecciones, pero esto no es factible... ¿seguro?

Entonces, algunos ven la solución muy clara: ¡eliminemos las circunscripciones provinciales!

¡Quieeeeeto parao!, como se dice en mi pueblo. Esto plantearía muchos otros problemas más graves, algunos de índole política: unas cuantas poblaciones (Madrid, Barcelona y alguna más) decidirían ellas solas el resultado de las elecciones. Así los políticos se tendrían que concentrar en mejorar la vida en dichas poblaciones, para ganar votos, y se podrían olvidar de mantener los hospitales en Soria o de hacer carreteras en Jaén, ya que el dinero de dichas actuaciones obtendría mayor rédito electoral si se gastara en Madrid o Barcelona. Además, en los partidos no se necesitarían representantes “de provincias”... ¿Para qué si no aportan poder?

En resumidas cuentas, si alguien protesta de centralismos que se prepare si se llegara a realizar este cambio.

Lo curioso es que ahora que no estamos alrededor de una consulta electoral se vuelve a hablar y mucho del sistema electoral a raíz de la ruptura del pacto de gobierno de Asturias. Dicha ruptura ha venido acompañada de acusaciones sobre querer o no querer modificar la ley electoral asturiana.

¿Como es dicha ley y qué cambios se proponen?

Asturias en sus elecciones regionales está dividida en tres circunscripciones para evitar la centralización de la que hablábamos antes.

La mayoría de la población está concentrada en la franja central y, por ello, se han creado dos circunscripciones, Oriental y Occidental, que eligen (por el sistema D’Hont) 6 y 5 diputados y 34 en la Central. Aún con esta desproporción, conseguir un diputado en la parte Central cuesta aproximadamente el doble que en las otras partes.

¿Qué soluciones se han propuesto?

Al margen de la circunscripción única que no tiene realmente muchos defensores, UPyD ha propuesto un sistema que merece la pena considerar, aunque sea desde un punto de vista matemático: en vez de elegir 45 diputados por el método actual, se elegirían 35 . Los otros 10 diputados se elegirían aplicando D’Hont sumando los votos obtenidos por cada cual en toda la comunidad. Evidentemente este sistema garantizaría la representación territorial y daría un resultado más proporcional.

Este método podría aplicarse también a nivel nacional: en vez de elegir 350 diputados, podríamos elegir 250 en las circunscripciones provinciales y 100 en una circunscripción única sumando todos los votos. Y también se ha propuesto cambiar las circunscripciones a regionales. Se puede entonces hacer algo, o eso parece.

Pero una cosa que no se ha considerado hasta el momento, hasta donde yo sé, y que podría facilitar la representación proporcional es que cada diputado en el parlamento nacional no disponga de un voto, sino una proporción de los votos obtenidos por él.

Sí, no me he vuelto loca. Voy a tratar de explicarlo.

Por ejemplo, supongamos que a una provincia le hemos asignado 10 escaños y que tenemos una abstención del 40%, eso nos daría un total de 6 votos en el parlamento para dicha provincia, el 60%, que repartiríamos de forma totalmente proporcional entre los partidos que obtengan, por ejemplo, más del 3% (o el 5%) de los votos. Con esto, además, se favorecería la participación, ¿verdad?

Así, si tenemos el siguiente resultado en dicha provincia:

  • Partido A - Votos: 150.000
  • Partido B - Votos: 125.000
  • Partido C - Votos: 115.000
  • Partido D - Votos: 90.000
  • Partido Total - Votos: 480.000

Esta provincia mandaría 4 diputados a Cortes (uno por cada partido, ahorrando así en dietas y prebendas) con 6 votos en las Cortes para los 4, que se repartirían del siguiente modo:

  • Diputado A: Votos en las Cortes: 150.000 * 6/480.000 = 1.875
  • Diputado B: Votos en las Cortes: 1.5625
  • Diputado C: Votos en las Cortes: 1.4375
  • Diputado D: Votos en las Cortes: 1.125

Desde luego, con un sistema de votación controlado por ordenador esto no es, ni mucho menos, complicado de implementar y mejoraría la representatividad.

En cualquier caso, seguro que hagan lo que hagan siempre habrá alguien que se sienta perjudicado... Por otra parte, ya se demostró que es imposible diseñar un sistema de votación 'justo' cuando hay más de dos candidatos. No, no me miren así, que yo no he tenido nada que ver, que fue Kenneth Arrow quien lo dijo.

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