De “la acusación sobre Bárcenas es absolutamente falsa” al "me engañó. Lo tenía muy fácil". Todo cambia el primero de agosto de 2013: bajo la amenaza de una moción de censura, el Presidente se ve obligado a comparecer ante los diputados. Si le acusaban de no querer pronunciar el nombre de Bárcenas, él lo hace en 16 ocasiones y si le señalaban por haber protegido al extesorero, él responde prejuzgándole en público.

La oposición aprovecha el Pleno para echarle en cara los SMS y Rajoy responde: "Cuando llegué -a la Moncloa- él –Bárcenas- ya no estaba allí -en el PP-" "Creí en su inocencia. Lo hice hasta el momento en que, a los cuatro años de iniciadas las investigaciones, llegaron datos que confirmaban la existencia de cuentas millonarias en Suiza", se defendía Rajoy.

La oposición asegura que el presidente ha mentido en el parlamento. En la primera sesión de control al gobierno del curso se quejan de que el PP impide que Rajoy lo explique en el Congreso.