Las dudas de una estudiante china sobre volver a su país tras terminar la universidad: "Aquí tengo vacaciones"

Cuando acaba el gaokao, la selectividad en China, los estudiantes salen agotados. En el caso de Chang Shang, o Sara como le gusta que la conozcan en España, su padre la recibió con una flor en la mano. 

Después llegó el momento de recibir la nota. Chang admite que "estaba un poco decepcionada, porque no salió lo que quería". Con la nota que sacó no pudo entrar a la universidad deseada, si bien junto al examen para subir la nota en España, pudo ingresar en la Universidad Politécnica de Madrid, donde está estudiando telecomunicación, ingeniería, sonido e imagen. 

Sara es hoy la vicepresidenta de la asociación hispano-china de la UPM. Eligió esa universidad hace cuatro años porque era una de las mejores del mundo en tecnología. Sin embargo, hay más motivos, como que le encanta el español o que en su ciudad "también tenemos jamón y me encanta".

Más allá del paladar, Sara se está pensando regresar o no a China después de la universidad: "Me gusta la vida laboral aquí en España, porque tenemos vacaciones", afirma Sara.

Volver a su país supone regresar a un sistema en el que los jóvenes cargan con el futuro de su familia. Claudio Feijóo, ex director para Asia de la UPM, explica que al no existir el estado del bienestar en China, "es la inversión en ese hijo lo que va a permitir cubrir tu pensión, tu sanidad cuando seas mayor".

En este sentido, apunta que hay madres que piden un año de excedencia para ayudar a estudiar a sus hijos ese último año antes de la selectividad: "Es que que tu vida, tu futuro, depende de ello. Su futuro por supuesto, pero también el tuyo".