Rudolf Elmer trabajó 15 años para un banco suizo: Julius Baer Bank. Un banco que hace tratos con gente rica y multinacionales con mucho dinero para colocar en los mercados. Trabajó de auditor interno en Zurich y luego se fue a las Islas Caimán donde fue jefe de la oficina de operaciones.

Era el número dos de Julius Baer. Trabajó en una entidad bancaria en un paraíso fiscal. Elmer asegura que el cliente que hace negocios con un banco de las Islas Caimán, no quiere ningún contacto con el banco ya que ese contacto directo sería un riesgo para cada cliente.

Lo que no le gustaba de la entidad donde trabajaba es que encontró información de que existía dinero procedente de fraude fiscal, encontró información en la que el banco explicaba qué clase de estructura se necesitaba para evadir impuestos, intentó cambiar las cosas hablando con la dirección pero vio que no tenían ningún interés en lo que él decía. “Solo les interesaba que el negocio diera beneficios. Me sentía como si viviera en una isla de piratas”.

Rudolf Elmer explica que recibió amenazadas de muerte en las Islas Caimán. “Recibí amenazas de muerte en las Islas Caimán”.

"El secreto bancario es la gallina de los huevos de oro"

El exjefe de operaciones del Banco Julius Baer en la Islas Caimán le entregó información a Julian Assange para que la investigara WikiLeaks, pero sin embargo, no la llevó ante los tribunales suizos porque ya lo hizo en 2004 y 2005 y las autoridades suizas no le garantizaron protección. Mandó dos cds anónimos y acabó siendo investigado y cumpliendo 220 días de prisión. “Dijeron que había roto el secreto bancario suizo”, comenta.

La denuncia que él presentó la ignoró la justicia suiza porque “el secreto bancario es la gallina de los huevos de oro”, explica. “Es el valor más importante de Suiza” y al gobierno le interesa “proteger el secreto bancario porque es una máquina de hacer dinero”.

Su banco le ofreció medio millón de francos suizos cada mes cuando hizo públicas las informaciones si quitaba la denuncia., pero pensó que si lo aceptaba, “volvería a ser un criminal”. Así que no aceptó el dinero. El banco presionó a su familia, hasta tenían detectives privados acosándoles.

Todo esto porque “violé el secreto de confidencialidad de las Islas Caimán”. Comenta que el secreto bancario suizo “protege el negocio y a las empresas suizas en cualquier parte del mundo donde operen”.