Ser paciente crónico supondrá, a partir del 1 de octubre, estar hipotecado de por vida. La medida afectará a enfermos de hepatitis, cáncer o artritis. Son solo algunos de los más de 20 millones de enfermos crónicos en España. Hasta ahora tenían que asumir el copago farmacéutico como una lección ciudadana para evitar la automedicación, pero ahora sienten que no hay excusas.

Pese a ser una medida estatal, por ahora sólo la aplicarán a tiempo tres comunidades: Galicia, La Rioja y Murcia. Hay un auténtico boicot a Sanidad. Hasta las gobernadas por el Partido Popular recurren a problemas de logística para no ponerla en marcha. Así pasa en Castilla-La Mancha, Valencia y Madrid, ni Lassquetty asegura poder cumplir.

Cantabria y Aragón también aseguran que ni el personal ni los sistemas informáticos están preparados. En Extremadura dicen que, pese a anunciarse hace 12 días, les ha pillado "de sopetón". Más allá de la logística se sitúan, aún siendo del PP, Castilla y León y Baleares. Piden que el ministerio de Sanidad reconsidere la medida que, directamente, no aplicarán "bajo ningún pretexto" en Navarra, Asturias y Cataluña.

Se espera que la recurran en Canarias y País Vasco, siguiendo el paso dado en Andalucía. Lo cierto es que incluso en Galicia, que lo aplicará, reconocen que el ahorro será francamente escasísimo. Los colectivos médicos alertan de que, en cuestión de gasto público, este remedio será peor que la enfermedad. Temen que por falta de dinero muchos pongan en riesgo su salud. Ya lo vimos hace casi un año con el euro por receta. Hubo huelga de cajas vacías de medicamento.

Desde el ministerio de Sanidad ahora dicen que, siendo de obligado cumplimiento, dejarán un margen. No exigirán que esté en marcha de forma inmediata, pero recuerdan que solo las comunidades que apliquen el copago tendrán derecho al dinero recaudado.