Tres asaltantes entraron en plena noche en el chalé de Torrelodones de Camilo Sesto. Entraron, dice el cantante, forzando la puerta de la cocina. Con alguna amenaza, pero sin violencia, los ladrones salieron con un botín variopinto: 10.000 euros en efectivo, joyas, relojes y algunos electrodomésticos.

Fue un robo angustioso para el cantante, que estaba sólo esa noche, y que pese a sus súplicas fue amordazado y atado con cinta americana. Los tres delicuentes eran españoles, los escuchó hablar. Aunque poco pudo aportar sobre su aspecto físico, porque iban encapuchados y vestidos de camuflaje.

Le escondieron el móvil y le cortaron la línea del teléfono fijo. Así que cuando cuatro horas después logró liberarse, tuvo que desplazarse hasta el cuartel más cercano de la Guardia Civil.