La crisis ha traído nuevas formas de hacer negocio, algunas de lo más polémicas. Se ofrecen alquileres a cambio de sexo. Los anuncios de este tipo proliferan en los portales inmobiliarios. Aumenta el número de arrendadores que se aprovecha de la desesperación ajena, y a cambio de sexo ceden una habitación en su casa. La Policía advierte que esta práctica puede considerarse directamente explotación sexual, aunque encubierta.

Adrián es una de las personas que ha puesto uno de esos anuncios. Alquila una de las tres habitación de su casa a cambio de sexo esporádico y de dinero. Adrían confiesa que llevaba días intentando alquilar la habitación sin éxito, por eso ha decidido poner esta oferta. Adrián pide 150 euros al mes más sexo. Dice que no quiere perversiones, ni busca nada extraño.

El hombre está divorciado y es padre de dos hijos. Está en paro y cobra 426 euros al mes, para cubrir una hipoteca de 300 euros más gastos. "Cuando le comentas las condiciones a las chicas que han venido a ver el piso, se quedan un poco sorprendidas. Pero en el anuncio queda clara la oferta, yo no miento a nadie", relata Adrián. "El sexo esporádico que pido a la inquilina es de dos veces al mes".