Equipo de Investigación localiza a una de las personas que más ha influido en la vida de José Manuel Cánovas, el lama de Murcia. Durante 10 años fue su profesor de ninjutsu, arte marcial japonés que practicó en su juventud. Asegura que era "muy bueno" y destacaba entre sus compañeros: "Sin duda tenía valores de disciplina, capacidad de la resignación, sacrificio, capacidad de soportar el dolor hasta unos niveles que no podéis imaginar....", relata ante las cámaras del programa.

Con solo 18 años, el lama decidió montar su propio negocio, para lo que compró un local de 39 metros cuadrados en el que se estableció como quiromasajista. Los reporteros del programa hablan con una antigua clienta, quien destaca que tenía "unas manos maravillosas". "Él te tocaba, te tocaba los chacras, por la espalda, y la verdad es que te dejaba nueva", rememora. "Le gustaba mucho el mundo oriental, toda esa vida de recogimiento, de meditación. (...) Toda su energía la transmitía en su trabajo, y lo echamos muchísimo de menos cuando se fue", asegura la mujer.

Además, los reporteros localizan a los padres de una chica que entró en la secta cuando solo tenía 18 años "para hacer un retiro de seis meses". Sin embargo, al término de la experiencia, le comunicó a sus progenitores que se quedaba indefinidamente. "Llevaba la función de cocinar para para él y para todas las mujeres de la casa", explica la madre, ya que el hombre convivía con tres mujeres más: "Como este señor se lo inventa todo, dice que son las cuatro dakinis".