Pilar Marcos, la responsable de la campaña de Costas de Greenpeace, explica que sus compañeros, tras encaramarse a lo alto del edificio del  Congreso de los Diputados, fueron detenidos y posteriormente han declarado en la Audiencia Nacional.

Con los puntos negros de la Ley de Costas hay una nueva franja de construcción, 20 metros frente a los 100 anteriores; se desprotegen ecosistemas del litoral; y se ha hecho para beneficio de los constructores.

Pilar asegura que con la Ley de Costas se garantiza una franja “muy jugosa”. Una ley que puede alimentar una nueva burbuja inmobiliaria. “Ese pan para hoy y hambre para mañana”, asegura.

Greenpeace dice no a la Ley de Costas porque si crece el nivel del mal un centímetro, la playa se reduce un metro. “El mar se puede tragar”. Si se mezcla con las salinas, los frecuentes temporales…“la nueva Ley de Costas es un cóctel molotov”, explica. Con su aprobación se retrocede hasta 1969.