Sergio y Jalis de la Serna están en busca de un heredero. Viajan hasta Marbella y allí se enteran de que "está preso". Al contar a los familiares el porqué de su visita, no dudan en llamar a su hermana, otra heredera: "El presentador que iba a las cárceles de por ahí lejos también está aquí", le dicen ante su incredulidad.

Así, Sandra, la otra heredera de 45 años, se presenta ante Sergio y Jalis: "Nosotros tenemos un quiosquillo de chucherías", le cuenta emocionada.

Sandra va a recibir una herencia de unos 150.000 euros que han valorado el piso: "Me habéis alegrado la vida".