Lo primero que tenemos que saber al recibir la factura de la luz es si estamos en un mercado libre o un mercado regulado, aunque los conceptos suelen ser los mismos.

En la parte superior de la factura encontramos los datos de la compañía, sus datos fiscales, el periodo facturado y el número de referencia, una especia de DNI de nuestro contador. También encontramos nuestros datos personales: el periodo que nos facturan, nuestro DNI y nuestra cuenta bancaria.

Hasta ahí las piezas encajan bien, pero llega lo complicado: los datos del contrato. Ahí encontramos la tarifa de acceso: importe que nos cobran por la potencia contratada, pero también el coste del transporte y la distribución de la electricidad.

Tenemos que tener en cuenta que la facturación por potencia contratada nos cobran aunque no consumamos. Por lo tanto, cuanta más potencia tenemos contratada, más nos cobran. También podemos ver ahí la facturación por energía consumida: es decir, pagamos por lo consumido.

Hay que tener en cuenta que en la factura nos están cobrando el impuesto sobre la electricidad, el IVA del 21% y los costes del alquiler de equipos.

Teniendo en cuenta que se ha encarecido la luz un 5% en el último mes, no viene mal saber cómo encajar las piezas de este tetris para poder conocer la factura sin echarse a temblar.