Después del descarrilamiento del tren Alvia en Santiago, será dificil olvidar las imágenes que nos llegaron de los heridos y del lugar de la catástrofe, pero, será imposible para aquellos a los que llamamos héroes, gente anónima que vió como la tragedia descarriló frente a sus casas. Varios vecinos han confirmado: "No hay forma de dormir". Uno de ellos, no puede quitarse una imagen de su cabeza: "Cadáveres en el vagón, amontonados, y gente dentro gritando", ha confesado.
Por eso, hasta ocho vecinos de Angrois están en tratamiento psicológico severo. Tras las felicitaciones por su encomiable ayuda en el rescate, ahora toca asimilar lo vivido.
Adoración Moreno, psicóloga de la Cruz Roja ha confirmado: "Estas personas lo han vivido de manera directa, no sólo tienen imagenes, sino también ruidos, olores, eso no se les va a ir nunca"."Mientras que ayudaron lo único que les movía era ayudar, estaban anestesiados emocionalmente", ha confesado.
Adoración ha trabajado con las víctimas del 11-m, del accidente de Spànair o del Terremoto de Lorca. En catastrofes como la de Santiago, su presencia junto a las víctimas es fundamental para hacerles pasar cada una de las fases por las que han de transitar hasta intentar recobrar el ánimo."Estas fases se resumen en negación de los hechos, en la búsqueda de culpables y finalmente en el abatimiento al conocer que es un proceso irreversible", ha explicado.
Además, el maquinista del tren siniestrado tendrá que asumir su responsabilidad penal, pero tiene por delante otra tarea no menos dura: deberá asumir las consecuenias de la tragedia.La psicóloga ha comentado: "Hay sentimientos que son muchísimo más difíciles de manejar, y la culpa es uno de los síntomas más difíciles de poder restablecer".
Estos días también se trabaja con los componentes de los servicios de emergencia. Saben cual es su trabajo y lo asumen, pero no es fácil encajar escenas como las que tuvieron ante sus ojos el pasado día 24.
Las consecuencias psicológicas son devastadoras para todos y cada uno de los implicados en el accidente. Solo el tiempo conseguirá, al menos, apaciguar los recuerdos.