La ermita de los Remedios era un bien especialmente protegido. Y justo detrás, pared con pared, la casa de Jacinto. Pero ahora no hay ni ermita de los Remedios, ni casa de Jacinto. "La ermita tenía a la virgen de los Remedios y a San Pedrillo, y este señor pide la llave a un señor de 80 por si acaso que hay un cascote, para retirarlo. El hombre cuando viene se encuentra que tiene la virgen y sus enseres de la ermita en la calle", cuenta una vecina de la localidad.

El Ayuntamiento dice que la derribó Jacinto, sin pedir permiso ninguno. Y con alevosía. "En media hora llegó con una máquina y la hundieron, sin que nos diera tiempo a nadie a reaccionar", afirma Ignacio Ranera, alcalde de Pastrana.

Pero Jacinto dice que la derribó cumpliendo la ley. "Esa ermita unos particulares la construyeron ocupando la calle y la encasquetaron sobre la propiedad de mi padre tapando las ventanas de abajo", sostiene Jaciento Vereda.

En terreno público, dice que le ampara una ley que contempla la acción vecional sustitutoria, en el caso de que el alcalde, como dice que así ha sido, no ejerza su deber de proteger el dominio público. Y que él y su familia llevan años denunciándolo. "Mis padres fueron allí a protestar al alcalde, y el alcalde sacó la pistola la puso sobre la mesa y dijo: aquí la ley soy yo", revela Jacinto.

Este vecino de Pastrana cuenta que hace tiempo ofreció a la hermandad levantar la ermita en otro lugar. Eso antes porque ahora, dice, el Ayuntamiento debería pagarle a él el coste de la demolición.