Ha necesitado morfina para poder llegar hasta aquí. Aunque a simple vista Saida parece recuperada, su cuerpo está marcado por el fuego. Ha explicado que sufre gravísimas lesiones, y se ha reencontrado con el técnico de sonido que le salvó la vida.

Desbordada por la cantidad de medios de comunicación, ha acudido ante la juez para contar su versión de lo que ocurrió aquella terrible noche. Tanto Saida como su madre creen que alguien tiene que pagar, porque han vivido los peores meses de su vida.

El diseñador del traje pirotécnico, Willy Jorge, es el primer imputado, pero el lunes se negó a declarar alegando depresión y ansiedad. Su versión se contradice con la del otro acusado, Javier Trujillo. El exgerente del organismo de Fiestas del ayuntamiento asegura no haber dado permiso al diseñador para utilizar ese traje.