Presentación tiene 93 años, padece alzheimer y lleva ocho en el centro de día que la Diputación quiere ahora cerrar. Para su hija el tratamiento que recibe allí ha sido primordial para frenar su enfermedad. "Está casi mejor que en casa, allí la cuida y saben lo que es lo mejor para ella", ha asegurado Isabel de Paz. Por eso los familiares de los once enfermos que hay en el centro no quieren que se cierre.

En octubre la Diputación les informó por carta del traslado de sus familiares a una residencia cercana de la Junta. Alegan competencias impropias. "Si para la Diputación es una competencia impropia la sanidad, por qué no lo es el turismo o el deporte", ha señalado Raquel López, portavoz de los familiares.

Los trabajadores tampoco están deacuerdo con el cierre. La Diputación lleva dos años con las plazas de admisión cerradas. La falta de rentabilidad, creen ellos, es la excusa para cerrarlo. "Realmente no es rentable porque está a mitad de plazas", ha declarado una de las trabajadoras.

La Junta asegura que sí van a tener una atención específica pero los familiares que ya han visitado el nuevo centro creen lo contrario. Además el traslado a otro lugar supone un trastorno para los enfermos. Hilaria, de 82 años, tiene incluso informes médicos que acreditan lo negativo que puede llegar a ser para ella.

La oposición cree que es un ejemplo más de la privatización de servicios públicos. "No es un problema económico, es un problema de estrategia política, de cómo entienden ellos la gestión de servicios públicos", ha comentado Álvaro Gutiérrez, portavoz del PSOE en la Diputación.

Ahora los familiares tienen hasta el viernes para presentar alegaciones y poder frenar así el traslado de sus enfermos.