El plan de evacuación está preparado ya en Pina de Ebro, adonde se ha traslado un batallón de la Unidad Militar de Emergencias procedente de Valencia, dos dotaciones de bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza, equipos y vehículos de Protección Civil locales y comarcales, así como de Cruz Roja Española, patrullas de la Guardia Civil y ambulancias del Servicio Aragonés de Salud del Gobierno de Aragón.

A las 8:00 se ha reunido el Centro de Coordinación Operativa en Emergencias para evaluar si es necesaria o no la evacuación forzosa, con carácter preventivo, de los vecinos de Pina ante la posibilidad de que se produzca un desbordamiento del río a su paso por la población, pero se ha descartado la medida por el momento.

Técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro, acompañados de funcionarios de la empresa Sarga, se encuentran en la localidad monitorizando de manera continuada tanto el caudal que atraviesa la población como la variación de la cota máxima que alcanza el agua. En esa línea, también están analizando el comportamiento de las defensas por si fuera necesario su refuerzo.

Junto a estas medidas preventivas y de acuerdo con los alcaldes de las poblaciones próximas de Alfajarín, Fuentes de Ebro, Quinto de Ebro y Gelsa, Protección Civil y el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) han comenzado a preparar diferentes pabellones municipales que permitieran alojar, en el caso de que fuera necesaria la evacuación, a aquellos habitantes de Pina de Ebro que no dispongan de lugares alternativos donde alojarse.

Mientras, en Boquiñeni, en la ribera alta del Ebro, los vecinos que fueron desalojados este fin de semana todavía no han vuelto a sus casas en espera de que se les autorice una vez comprobada la estabilidad para el paso de vehículos del puente provisional construido para poder acceder a la población.

En otras poblaciones afectadas por esta crecida extraordinaria aguas arriba de la capital aragonesa, como Novillas, Alcalá y Cabañas, se sigue trabajando en el control del caudal, mientras que en Torres de Berrellén, Sobradiel y Utebo continúan las labores de vigilancia y achique.

En Zaragoza capital, la punta de la crecida ha pasado esta madrugada con un caudal de 2.557 metros cúbicos por segundo y 6,10 metros de altura que se han mantenido entre las 2.00 y las 5.00 horas. Desde ese momento el caudal está descendiendo y a las 08.00 horas el río alcanzaba una altura de 6,03 metros, según el Sistema Automático de Información Hidrológica de la CHE.

La capital aragonesa mantiene activada la alerta naranja, el nivel más alto de movilización, ante esta crecida, y los bomberos de la ciudad se afanan para achicar agua y evitar los cortes del suministro eléctrico en algunos de los barrios más próximos al cauce del Ebro.